En el frontis del palacio del Congreso Nacional 20 activistas de Greenpeace inflaron una ballena gigante de 35 metros para celebrar la aprobación por parte de la sala de la cámara de diputados del texto del proyecto de ley que creará un santuario ballenero en aguas nacionales.
Después de haber sido aprobada por dos comisiones parlamentarias, de Recursos Naturales y Pesca respectivamente, el texto estuvo listo para la votación por parte de todos los diputados en la Sala.
En sala y por unanimidad (58 votos), la Sala de Cámara aprobó este jueves el proyecto del Ejecutivo que protege a los cetáceos y modifica la Ley General de Pesca y Acuicultura.
Para Samuel Leiva, Coordinador de Campaña de Greenpeace, «la aprobación de hoy concreta una antigua aspiración nuestra y la promesa hecha por la presidenta Bachelet, en el sentido de contar con un territorio libre de caza de ballenas, lo cual permite avanzar de forma decidida a la obtención de las medidas especiales de conservación y protección de los cetáceos en Chile».
El proyecto aprobado y despachado al Senado a cumplir su segundo trámite constitucional, señala que quien dé muerte, cace o capture un ejemplar de cualquier especie cetácea, será sancionado con la pena de presidio mayor en su grado mínimo (5 años y 1 día a 10 años) y comiso, sin perjuicio de las sanciones administrativas.
«Esperamos que en el Senado este proyecto pueda ser aprobado de forma tan expedita cómo en la Cámara de Diputados», puntualizó Leiva al finalizar la votación.
Después de que la Presidenta Bachelet enviará el proyecto al Congreso, el Gobierno le otorgó suma urgencia, lo cual permitió que el trabajo de comisiones tenga que tratarlo y despacharlo en sólo diez días. Por lo tanto, se espera que este proyecto se convierta en realidad antes de las vacaciones parlamentarias de septiembre.
El texto aprobado por la Cámara de Diputados entregará los marcos legales para la prohibición de dar muerte, cazar, capturar, acosar, tener, poseer, transportar, desembarcar, elaborar o realizar cualquier proceso de transformación, así como la comercialización o almacenamiento de cualquier especie de cetáceo que habite o surque las aguas marítimas de jurisdicción nacional y busca, también, proteger las zonas claves para la conservación de los cetáceos cómo las zonas de crianza y alimentación.