Entre los paseos numerosos que ofrece Buenos Aires, existe uno poco difundido, tanto para porteños como para turistas. Se trata de la visita al Museo de Ciencias Naturales de Buenos Aires, el más antiguo de la Argentina y el principal de este área temática, incluso superior a los más populares de La Plata y de Mar del Plata.
Inaugurado hace más de 200 años, el museo cuenta con dos plantas en las que ofrece diversas colecciones que resultan muy interesantes para los visitantes de todas las edades. Su misión fundamental es fomentar el interés por la ciencia y el desarrollo de una conciencia ambiental en toda la sociedad.
Historia
El origen del Museo Argentino de Ciencias Naturales se remonta al año 1812, oportunidad en la que el Primer Triunvirato, por inspiración de Bernardino Rivadavia, invitó a las provincias a reunir materiales para «dar principio al establecimiento en la Capital de un Museo de Historia Natural». Esta iniciativa se concretó en 1823, mediante una resolución firmada por Rivadavia, entonces ministro de Martín Rodríguez.
A lo largo de su larga vida, el Museo se alojó sucesivamente en las celdas altas del Convento de Santo Domingo, en la Manzana de las Luces y algunos edificios de la plazoleta Monserrat, hasta instalarse definitivamente, en 1937, en el edificio que hoy ocupa, construido de acuerdo con los cánones arquitectónicos vigentes en la época para los museos de ciencias europeos.
Las colecciones del Museo estuvieron integradas, en un principio, por elementos heterogéneos que luego fueron agrupándose en forma temática y desprendiéndose para dar origen a otros museos de la Capital. En 1947, el Poder Ejecutivo dispuso la transferencia de las secciones: Arqueología, Etnografía y Antropología al Museo Etnográfico dependiente de la Universidad de Buenos Aires.
Exposiciones / Salas
Acuario: se trata de una interesante muestra de peces autóctonos de agua dulce, y peces, corales, estrellas y anémonas de mar, especies exóticas, exponentes de la colorida fauna de los arrecifes de coral tropicales. También se pueden observar ejemplares disecados de varias especies marinas y de agua dulce, así como los grandes «serruchos» del «pez sierra».
Anfibios y reptiles: infografías, ejemplares conservados y calcos permiten conocer la gran diversidad de sapos, ranas, tortugas, yacarés, lagartos y serpientes que habitan este país.
Antártida: al ingresar a esta sala, junto a una escena costera de una pareja de lobos marinos de dos pelos, se puede apreciar una variada diversidad de organismos, desde estrellas y erizos de mar, crustáceos y moluscos, hasta peces y aves propias de estos fríos ambientes. En un lateral, domina el gigantesco cráneo de un cachalote.
Antrópodos: aquí se pueden conocer distintos grupos de insectos, ciempiés, arañas y cangrejos, a través de infografías y ricas colecciones. Modelos a gran escala muestran el vuelo, las adaptaciones del aparato bucal y las patas de estas especies.
Aves: un recorrido innovador, visual y acústico, con muestras de las diversas aves que habitan los distintos ambientes de la Argentina. Además puede observarse una gran vitrina dedicada a la sistemática de las aves argentinas. Allí se presentan, ordenadas de manera taxonómica, un total de 230 especies y se ofrece información de cada una de las familias presentes en el territorio.
Fondo del mar: la sala cuenta con un impactante diorama que nos acerca una escena submarina y nos permite descubrir distintas especies de tiburones, rayas y peces óseos, en una intrincada red alimentaria.
Geología: en esta sala inmensa conviven distintos bloques temáticos: -el módulo Atlas Ambiental, diferentes tipos de minerales y rocas, infografías con temas como la estructura interna de la Tierra, tectónica de placas, deriva continental y otros.; -el Planetario ofrece la posibilidad de conocer nuestro cielo y las constelaciones.
Malacología: aquí se ve una rica colección de especies autóctonas y exóticas, tanto marinas como terrestres y de agua dulce. Importantes infografías permiten conocer su relevancia sanitaria y los variados usos dados por el hombre.
Mamíferos actuales: una serie de interesantes piezas de grandes mamíferos y un grupo de monos taxidermizados hacen de presentación para esta sala. Están representados aquí los principales grupos de mamíferos, la mayoría autóctonos, a través de ambientaciones o dioramas, que permiten observar adaptaciones a los diversos modos de vida.
Buenos Aires, un millón de años atrás: aquí se exponen a los mamíferos que habitaron la región pampeana en los últimos dos millones de años. Se muestra cómo es la estructura del subsuelo porteño y cuáles son algunas de las curiosidades de los hallazgos realizados en la ciudad de Buenos Aires.
El mundo de las plantas: en esta colorida sala, se puede conocer la evolución y la diversidad de los organismos vegetales, desde formas microscópicas (modelos contenidos en una gota de agua) hasta las más evolucionadas, a través de infografías. En la gran vitrina «Las plantas en acción» se puede observar cómo en la naturaleza se desarrollan la reproducción, el crecimiento, la dispersión y otros temas.
Osteología comparada: la gran diversidad de adaptaciones a los distintos modos de vida (ambiente, locomoción, alimentación, etc.) se manifiesta a través de los esqueletos de mamíferos, que se exhiben en esta sala.
Paleontología: una de las salas más importantes de América Latina, en cuanto a cantidad y calidad de material original exhibido. Impactan los calcos de dinosaurios descubiertos en territorio patagónico, por investigadores del Museo. Las vitrinas laterales e infografías permiten apreciar la evolución de la vida en la tierra de diversos grupos de animales y plantas, como el proceso de fosilización de estas últimas.
Además, hay otros espacios, como la sala audiovisual o el bar, junto con las bibliotecas y los halles, que también albergan exposiciones, temporales y permanentes.