Un duro cuestionamiento por lo que acusó deficientes medidas sanitarias y medioambientales aplicadas ante la muerte de decenas de miles de toneladas de salmón en la Región de Los Lagos hizo el director de la organización no gubernamental Ecoceanos, Juan Carlos Cárdenas.
Uno de los primeros reparos realizado por el médico veterinario se vincula con la acción de depositar 300 toneladas de masa orgánica a 75 millas al noreste de Ancud, las cuales -a su juicio- no cuenta con una acción preventiva ambientalmente.
El profesional recordó que el rubro salmonero tiene a su haber la gran crisis ocasionada por al virus ISA, ocurrida a contar del 2007, agregando que ahora frente a este nuevo episodio una vez más el sector traspasa los costos directamente al Estado de Chile.
“Sucede que cuando vienen estas crisis que son cada vez más crónicas, la industria traspasa todos sus costos al medio ambiente, a la salud pública, a los trabajadores”, dijo el director de Ecoceanos.
En su diagnóstico, Cárdenas recalcó que “el medio ambiente lo que recibe no son salmones muertos, sino que a esta altura son básicamente una masa orgánica que emite ácido sulfhídrico; entonces, yo diría que lo que se está vertiendo allí no son salmones muertos, sino que una masa altamente contaminante y bastante peligrosa”.
Otro aspecto que mencionó el ambientalista es la “inexistencia de un plan de monitoreo” por parte de las autoridades para observar el efecto ecológico que podría generar el depósito de este volumen de mortandad salmonera.
Precisó el representante de la ONG que “nosotros pediríamos tener la información de cuál es el impacto que tiene esto en el medio ambiente marino, en la biodiversidad; el medio ambiente marino es bastante dinámico, así que a alguna parte va a dar esto”.
Cárdenas enfatizó que en medio de este complejo escenario ambiental y sanitario la salmonicultura no se ha hecho cargo del impacto negativo por el bloom alguero, apareciendo en escena la Armada de Chile y el Servicio Nacional de Pesca (Sernapesca) trabajando también en esta situación aparecida en las últimas semanas.
El veterinario sentenció que la presencia de la microalga Chattonella marina podría continuar creciendo de “manera exponencial” en el área hasta que aparezcan las condiciones climáticas apropiadas para su detención.
Al respecto, el ambientalista sentenció que los centros de cultivos salmoneros requieren que se oxigenen o ventilen antes de volver a producir el producto acuícola. “La crisis sanitaria y ambiental podría poner en riesgo la actual fuente laboral que opera en la región”, concluyó.