Un oso le dio un golpe devastador a un hombre en la cabeza desfigurándole el cráneo. Ocurrió en la zona central de Rusia en la región de Sverdlovsk, y toda la tragedia comenzó cuando Alexei Koptyakov volvía de andar cazando en el bosque. Escuchó los ladridos de su perro, señal de que había captado el olor de un animal. Pensó que era un pájaro, avanzó entre la vegetación y lo encontró parado afuera de una pequeña cueva.
Distraído pensando en si valía la pena dispararle al ave, no se dio cuenta que del interior de la cueva salió corriendo un enorme oso directo hasta él. Intentó dar un paso atrás, apoyar el arma y fulminar al animal, pero resbaló con una piedra húmeda cayendo hacia atrás, mientras su arma se disparaba hacia el cielo.
De acuerdo a las palabras de Alexei: «Creí que el ruido podría haber asustado al oso, pero solo lo hizo enojar más y apurar su carrera hacia mí. Traté de volver a cargar el arma, pero para entonces ya estaba encima mío», añadiendo que «me las arreglé para conseguir golpear al oso con el arma, pero luego el animal hundió sus dientes en mi cabeza».
Pero esta experiencia, que ha sido comparada con la película «The Revenant» protagonizada por Leonardo DiCaprio, no termina ahí, pues Alexei narra que: «traté de proteger mi cabeza con mis manos, pero me mordió las dos manos hasta dejármelas inutilizables y luego comenzó a morder mi cabeza de nuevo», agregando que «me acurruqué en una bola y podía oír el ruido de mis huesos partiéndose. En ese punto ya no esperaba seguir con vida, solo quería que me comiera rápidamente para no sufrir demasiado».
Pero tuvo la suerte de que pasara cerca de ahí un turista de la ciudad de San Petersburgo, quien lo llevó al hospital de la ciudad de Karpinsk, en la región de Sverdlovsk, lugar desde el que lo trasladaron a una clínica especializada en la reconstrucción facial, donde pasó cinco días en terapia intensiva, y extensas cirugías reconstructivas, debido a que ya no tenía siquiera nariz ni boca. Pero los médicos consiguieron estabilizar sus constantes vitales y reconstruir su cráneo después de una operación de 11 horas, para lo cual utilizaron parte de su pelvis.
Seguramente se lo pensará dos veces antes de salir a cazar animales de nuevo.