Al fin de la batalla,
y muerto el combatiente, vino hacia él un hombre
y le dijo: «No mueras, te amo tanto!».
Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo.
Bajo la autoridad del juez Juan Eduardo Fuentes Belmar, en 2007, se realizó una investigación sobre el asesinato de Víctor Jara. ¿Quiénes son los responsables? Se acusó de los hechos a José Paredes, autor confeso de algunos de los disparos (aunque después se retractó), y al coronel retirado Mario Manríquez, que era el responsable del centro de detención, quien luego quedó fuera del procesamiento como responsable de la orden del asesinato. También fue señalado, por compañeros de cautiverio del músico, el excoronel Edwin Dimter Bianchi, conocido como El Príncipe.
El programa de televisión En la mira transmitió, en mayo de 2012, un reportaje realizado por los periodistas Luís Narváez y Pedro Azócar: «¿Quién mató a Víctor Jara?», que pasó a formar parte del auto de procesamiento. En una entrevista de este documental, Barrientos negó los hechos y afirmó que él nunca estuvo en el Estadio Chile, no conocía el Estadio Chile y «no sabía lo que era el cantante Jara».
A finales de 2012, el juez especial de la Corte de Apelaciones de Santiago, Miguel Vásquez, dictó resolución de enjuiciamiento contra los siete militares que en esa fecha estaban a cargo de los prisioneros confinados en el Estadio Chile. Son encausados como autores del homicidio Pedro Barrientos Núñez y Hugo Sánchez Marmonti y como cómplices Roberto Souper Onfray, Raúl Jofré González, Edwin Dimter Bianchi, Nelson Hasse Mazzei y Luis Bethke Wulf.
Pedro Barrientos Núñez fijó, en 1990, su residencia en Estados Unidos y, en el momento de la encausación, seguía viviendo en ese país, por lo que el juez ordenó la captura internacional. No obstante, hoy continúa viviendo, libre, en Florida. El juicio en su contra debería haber ocurrido el 23 de febrero de 2015. Sin embargo, el acusado decidió defenderse, lo que implicó algunos cambios en el cronograma del juicio, que probablemente se realizaría, según precisó entonces el Gobierno chileno, a fines de 2015. Eso no sucedió.
¿Qué saben los jueces y la gente sobre la muerte de Víctor Jara? Saben que un grupo de militares le clavó a fuego 44 balazos, el primero en la nuca; saben que convulsionó después del tiro inaugural, descerrajado a quemarropa; sabe que horas antes, arrastrado por el suelo, sediento y famélico, un militar le pisoteó las manos y le dijo «cantor de mierda» y que ya no tocaría nunca más. Los jueces y la gente tienen la certeza, además, de que, en febrero de 2015, el juez chileno Miguel Vásquez Plaza acusó de manera formal a diez militares que habrían participado en su muerte: es decir, a los testigos propios de su aniquilación.
A la fecha, marzo de 2016, todavía no tenemos noticias del juicio. Y Víctor Jara, como hombre que fue, ahora convertido en símbolo, continúa muriendo.
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