Los cambios sociales y los problemas de la clase trabajadora británica durante la era Thatcher fueron testigos del objetivo, de la lente, de uno de los fotógrafos más importantes de los últimos cincuenta años, Martin Parr. Ese mundo urbano, gris, político y hostil, a priori, poco o nada tiene que ver con ese otro mundo luminoso, marítimo, apacible y lúdico cristalizado en las instantáneas que hoy nos ocupan. La Dama De Hierro ha sido sustituida por el sol, la playa, las vacaciones y el turismo. Un viaje a lo largo y ancho de varias décadas que el fotógrafo de Epsom sintetiza en estas pocas y contundentes palabras: «Todo el mundo fotografía a los pobres, así que yo decidí que quería fotografiar a los ricos». Riqueza y pobreza, supervivencia y consumismo, oscuridad y luz, esos han sido algunos de los protagonistas de una experiencia única y fascinante cuyo destino culmina en Life’s a beach.
Life’s a beach es una exposición y un libro que recoge buena parte de este proceso de observación compilado en cien fotografías tomadas en algunas de las playas más exóticas y paradisíacas de todo el planeta: Reino Unido, Argentina, China, Estados Unidos, Tailandia, Japón, Italia, España. El libro, editado por la editorial barcelonesa Blume, llama poderosamente la atención nada más verlo. El estampado tropical y las letras doradas nos obligan al abrirlo casi sin titubear. A medida que pasamos las páginas, comprobamos cómo ironía de las imágenes se torna en una oscura, rígida y perturbadora sensación de incomodidad, y cómo esa ingenua sonrisa de las primeras fotografías se congela a medida que avanza el visionado.
Parr, miembro de la Agencia Magnum desde 1994, trabajó años atrás en una de sus más brillantes y conocidas exposiciones, Luxury (Lujo), un retrato costumbrista sobre el modus vivendi de los millonarios. La idea en Life’s a beach es ser un espectador de los usos y costumbres, no tanto de los millonarios, sino de la burguesía, que a veces somos todos, mientras nos ponemos el bañador, mientras nos embadurnamos en cremas y mientras extendemos la toalla dispuestos a disfrutar de un abrasador día de playa. Bronceados imposibles, panzas hemisféricas, atrezzos extraterrestres, situaciones, rituales y tradiciones que a todos nos suenan, pero que, gracias a la mirada de este excepcional creador, se convierten en algo irrepetible y difícilmente olvidable.