En 1945, Aleksandar Lebl, un superviviente del Holocausto regresó a Serbia y recuperó la casa familiar. Fue uno de los pocos. La mayoría de propiedades de los judíos diezmados en la Segunda Guerra Mundial quedaron sin herederos, un problema que intenta resolver una ley.
Más del 80% de los 33.000 judíos que vivían en Serbia antes de la Segunda Guerra Mundial fueron exterminados hasta la primavera de 1942 y sus bienes, confiscados por los nazis o por el fantoche Gobierno de Belgrado.
«Después de la guerra, las autoridades decidieron devolver las propiedades, pero con tantas víctimas, no quedaba nadie para recuperarlas», declara a la AFP Lebl, de 93 años. En la actualidad, los judíos residentes en Serbia, país de unos 7,1 millones de habitantes, no llegan a los 1.000.
La ley adoptada se propone hacer justicia con los judíos que han sobrevivido y resolver el problema de la falta de herederos. Miles de propiedades, en su mayoría inmobiliarias, se entregarán a la Asociación de las comunidades judías del país, que prevé alquilarlas casi todas.
«Hemos identificado 3.000 inmuebles confiscados por los alemanes durante la guerra», dijo el presidente de la Asociación Ruben Fuks. No es una cifra definitiva. «Es muy probable que aumente, sobre todo en la provincia de Voivodina, donde vivían casi la mitad de los judíos de Serbia antes de la guerra», añadió.
– «Una obligación moral» –
«Serbia tiene una obligación moral con los judíos que dedicaron sus vidas y trabajo a nuestro país», afirmó recientemente el ministro de Justicia, Nikola Selakovic.
Su presencia en Serbia se remonta al imperio romano, pero su número aumentó considerablemente con la llegada de los judíos que huían de la inquisición en España y Portugal.
Los judíos apoyaron la lucha de los serbios por su independencia en el siglo XIX y lucharon junto a ellos en la Primera Guerra Mundial.
Lebl escapó de un campo de concentración y de las ejecuciones masivas huyendo de Serbia con un pasaporte falso. Más tarde luchó contra los nazis en las filas de los partidarios de Josip Broz Tito. «A mi regreso me di cuenta del alcance de las matanzas (…) la lista era larga, entre 20 y 30 miembros de mi familia murieron», declaró en su casa de Belgrado.
Las asociaciones judías venían pidiendo a los países de Europa del Este que devolviesen las propiedades incautadas a las víctimas del Holocausto, cuyo valor se estima en miles de millones de euros, o pagaran compensaciones, pero pocos prestaron atención a los inmuebles sin herederos.
En 2009, 46 países firmaron la llamada declaración de Terezin, comprometiéndose a restituir los bienes a los judíos. En Serbia, muchas propiedades, privatizadas o usadas por instituciones públicas, no se podrán restituir, pero el Estado se ha comprometido a desembolsar dinero para paliar el problema.
El Gobierno pagará a la Asociación de las comunidades judías a partir de 2017 y por un periodo de 25 años la suma de 950.000 euros anuales. Estos fondos se invertirán en educación, en la lucha contra los prejuicios, la preservación de la memoria de las víctimas del Holocausto y el apoyo a los supervivientes, afirma Fuks.