El blog de la agencia Bloomberg, dedicado a las finanzas, anuncia el próximo 1 de enero del 2018 como la fecha de una próxima crisis económica mundial.
La fecha se encuentra vista desde fines del 2010, cuando se firmó y publicó el conjunto de los llamados acuerdos de Basilea III, que llevan a una reforma de la regulación bancaria coordinada entre los países de Europa y América del Norte.
Según el columnista Christopher Langner, el 2017 sería crucial. «Las instituciones financieras ya no podrán usar sus modelos internos para tasar los riesgos que implican los derivados para las contrapartes».
Esto pondría límites bancos a la hora de prestar dinero a personas, tanto físicas como jurídicas, y solo se permitirá el crédito a los prestatarios más fiables. También serán limitados el total de los créditos concedidos en proporción con el balance acumulado. Estas restricciones propiciarán un crecimiento en el número de bancarrotas en todo el mundo.
Otra de las consecuencias serán los despidos de empleados de intermediación crediticia, los que afectarán a más gente que durante los años 2006 y 2009, antes y durante la reciente crisis financiera mundial.
Las pequeñas y medianas empresas son las que sufrirán más pérdidas, corriendo el mayor riesgo. Por otra parte, las nuevas normas internacionales de información financiera ponen en práctica la temprana compensación de las posibles pérdidas crediticias. Esto podría llegar a inmovilizar al menos a un tercio de los bancos.
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