El asesinato se produjo el 9 de julio de 2011, cuando Cabral se dirigía al Aeropuerto de Ciudad de Guatemala, tras ofrecer un concierto en la capital y otro en Quetzaltenango. Rodolfo Enrique Cabral, conocido artísticamente como Facundo Cabral, se trasladaba por el bulevar Liberación de la capital en un vehículo junto al empresario nicaragüense de clubs nocturnos y del espectáculo Henry Fariñas, contra quien, según la Fiscalía, iba dirigido el ataque perpetrado por varios sicarios que dispararon 25 veces desde otro coche. Sin embargo, Fariñas se salvó y se encuentra preso desde el 2012 en Nicaragua, luego de ser condenado a 18 años de reclusión por narcotráfico y lavado de dinero, mientras que Cabral, que iba en el asiento de copiloto, murió a consecuencia de las múltiples heridas causadas por varios impactos de bala.
La banda de sicarios fue contratada por el empresario de Alejandro Jiménez, quien encargó el asesinato de Henry Fariñas. Por eso la Fiscalía de Delitos contra la Vida lo acusó de ser el autor intelectual del crimen. El Palidejo se encuentra preso desde que, en 2012, fue detenido en Colombia, adonde trató de huir. Por su parte, Elgin Enrique Vargas, fue acusado de ser el jefe de los sicarios junto a Wilfred Allan Stokes Arnold, quien, según el Ministerio Público, es el autor material de los disparos. Además, la banda estaba conformada por Juan Hernández Sánchez y Audelino García Lima.
El juicio comenzó el pasado 28 de marzo con cuatro años de retraso, debido a los recursos presentados por la defensa de El Palidejo, que pretendía que fuera repatriado a Costa Rica, donde se le acusa de lavado de dinero, aunque finalmente esta solicitud fue rechazada. Así, el principal acusado se halla confinado en una cárcel de máxima seguridad en Guatemala desde el 2013, después de que fuera entregado por las autoridades colombianas.
El asesinato del autor de temas como «Levántate y anda» y «No me llames extranjero» generó una gran conmoción en Latinoamérica y fueron muchas las personas que salieron a las calles para exigir justicia. Incluso el presidente de Guatemala por aquel entonces, Álvaro Colom, se comprometió con su homóloga argentina Cristina Fernández a esclarecer los hechos y detener a los culpables, tal como sucedió tres días después del crimen cuando fueron arrestados Enrique Vargas y Wilfred Allan Stokes en calidad de autores materiales. Asimismo, el Gobierno de Guatemala declaró tres días de luto nacional en el país durante los cuales cientos de personas llevaron flores y velas al lugar en el que permaneció el cadáver del cantante, antes de ser repatriado a la Argentina.