No las botes: Las bolsitas de ‘silica gel’ pueden ser increíblemente útiles

Un claro signo de que has comprado algo nuevo, es que muchas veces viene con unos sobres llenos de granos de sílice. Todos estos sobres llevan la inscripción ‘Silica gel’. Estas bolsitas vienen en cajas de zapatos o de artículos electrónicos, y aunque la mayoría de la gente las bota, la verdad es que son muy útiles y vale la pena conservarlas.

Las ‘Silica bags’ contienen pequeñas bolas de dióxido de silicio, que elimina la humedad del aire en el espacio inmediato, atrayendo las partículas de agua hacia su superficie; un proceso conocido como adsorción (no está mal escrito, en realidad es adsorción, con ‘d’). Al hacer esto, las bolitas de dióxido de silicio protegen a los objetos cercanos de humedecerse y enmohecerse (llenare de hongos).

Es simple, las bolsitas de silica gel mantienen el ambiente y los objetos en mejor estado por más tiempo. A continuación te mencionamos algunas de sus utilidades:

Se pueden guardar en los cajones o el armario, junto con la ropa, para que no se humedezca ni se ponga hedionda.

En el auto, se pueden dejar cerca del parabrisas para que no se empañe tanto.

Para que las hojas de afeitar no se oxiden, puedes guardar las afeitadoras junto con las silica bags. 

Puedes echar varias en tu bolso del gimnasio, para mantener ese microambiente seco y sin hongos.

También protegen toda clase de dispositivos y artefactos electrónicos. ¿Se te humedeció el teléfono? Adivina qué puede ser mejor que el arroz (vale la pena probar).

Estos sobrecitos también mantienen los medicamentos secos y frescos por más tiempo, por lo que es útil meter una se estas bolsitas en los frascos o cajas de remedios.

Es principalmente la humedad la que arruina alimentos y semillas, por lo tanto si los guardas con bolsas de silicio, su vida útil se va a prolongar.

Otra utilidad es evitar que las joyas de plata se opaquen y oscurezcan. Guardarlas en cajas o cajones con algunos sobres de silicio, también ayudará a mantenerlas brillantes y claras.

Fuente, IFLScience

CCV, El Ciudadano