La verdad detrás de la famosa fotografía de la niña con el cigarro de Mary Ellen Mark

Mary Ellen Mark desapareció en mayo del año 2015, dejando tras ella un legado de imágenes

La verdad detrás de la famosa fotografía de la niña con el cigarro de Mary Ellen Mark

Autor: Vale Rudolphy

Mary Ellen Mark desapareció en mayo del año 2015, dejando tras ella un legado de imágenes. En los últimos años dejó la agencia en la que comenzó, Magnum, para hacer trabajos de manera independiente. Pero fue en su época en Magnum en la que hizo algunos de sus más importantes trabajos.

Retrató violentas realidades, en especial de niños. Tenía una visión especial de ellos, como una vez declaró «No me gusta fotografiar a los niños como tal. Tiendo a verlos como adultos, como quienes son ellos de verdad. Voy en busca de en lo que ellos podrían convertirse«.

214H 143 002, 11/9/04, 12:52 PM, 16G, 5248x7542 (985+801), 112%, Hujar 91604, 1/120 s, R68.1, G51.6, B74.5

Una de las imágenes que más impactó fue la de esta niña con un cigarrillo en la mano. Fue parte de un reportaje sobre niños problemáticos para la revista Life, en el que conoció a esta pequeña, Amanda, uno de sus personajes favoritos.

«Esa niña era tan mala, como maravillosa, era muy vulgar, y muy brillante también», comentó una vez a Vogue, diciendo que había sido su ‘favorita’.

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Hoy, Amanda Marie Ellison (su nombre completo) es una adulta. Fue contactada tras la desaparición de Mark el año pasado, donde se le encontró en Lenoir, Carolina del Norte, con ahora 34 años.

Fue en 1990 cuando Mary Ellen Mark tomó una de las imágenes más impactantes de su carrera. En esta aparece Amanda, de entonces 9 años, y su prima Amy, de 8. Una imagen cruda en una manera extraña. Amy recuerda que: «Pensé: ‘Ey, la gente va a verme, voy a llamar la atención, tal vez eso haga que las cosas cambien para mí'».

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“Pensaba que podría ser una forma de salir adelante, pero no fue así”, relata Amanda, quien protagonizó en la imagen la dura realidad que viven algunos niños, amenazando su salud y su inocencia con el tabaco y con la actitud que refleja. Todo es un intento desesperado por sobrevivir y llamar la atención.

“Jamás la he olvidado. Nunca pude olvidar esta foto”, recuerda. En ese entonces vivía en un barrio pobre, en el que encontrar un cigarrillo era casi un milagro. Pasó su vida deambulando por hogares de acogida, se volvió adicta a las drogas con 16 años, fue a la cárcel… aún intentando salir adelante.

Amanda dice que intentó contactar de nuevo a la fotógrafa, pero no supo de ella hasta su misterioso fin.


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