Las botellas plásticas pueden flotar en el océano y acumularse en vertederos por siglos. Mientras nuestro planeta lucha por sobrevivir con nuestro creciente apetito por el plástico, un estudiante de diseño industrial islandés, se inspiró para crear un objeto dirigido a hacerse cargo de parte del problema.
Ari Jónsson, de la Academia Islandesa de las Artes, ha empleado las propiedades de las algas para elaborar una botella biodegradable para el agua. Jónsson develó su invento el mes pasado en el festival de diseño DesignMarch, en Reykjavik. Las botellas están hechas de un polvo de algas, derivado de la estructura de las paredes celulares de ciertas especies. Si este material es añadido al agua y se deja enfriar, finalmente termina moldeándose en una sustancia gelatinosa.
La botella mantiene su forma cuando está llena de líquido y luego empieza a descomponerse cuando está vacía. Como está hecha de materias totalmente orgánicas y no tóxicas, si alguien quisiera, incluso se la podría comer -aunque el derivado de estas algas, el agar agar, es usado entre otras cosas como laxante, por lo que es recomendable ir con cuidado.
En entrevista con el medio Dezeen, Jónsson dijo: «¿Por qué estamos usando materiales que toman cientos de años en descomponerse en la naturaleza, para tomar de ellos una sola vez y después tirarlos? Leí que el 50% del plástico se usa una vez y luego de descarta, así es que sentí que hay una urgente necesidad de encontrar formas de reemplazar algunas de las irreales cantidades de plástico que elaboramos, usamos y tiramos cada día».
«No puedo decir que ésta es la solución perfecta para nuestros problemas con el plástico», explica Jónsson a Fast Company, y continúa, «pero es un comienzo, y una idea que ojalá nos ayude a mirar nuevas soluciones».
Fuente, IFLScience
CCV, El Ciudadano