Retirada desde diciembre de la vida política, Cristina Kirchner reaparece este miércoles rodeada de seguidores para enfrentar, como ex Presidenta de Argentina, la primera causa en su contra en medio de investigaciones y cuestionamientos.
«Claro que estoy tranquila, ¿por qué no debería estarlo?», dijo Kirchner en el avión que el lunes la trajo a Buenos Aires, de regreso a la escena política desde la Patagonia, donde se aisló desde que el 9 de diciembre dejó el poder.
Mandataria en dos periodos consecutivos, la viuda de Néstor Kirchner senadora entre 2003 y 2007. Los cincomil militantes eufóricos que la esperaron en el aeropuerto prometen multiplicarse este miércoles tras una vigilia nocturna cerca de los tribunales de Buenos Aires.
El juez federal Claudio Bonadio, a quien Kirchner calificó una vez de «pistolero y extorsionador» espera a las 10:00 horas del miércoles a la ex presidenta, ya sin cargos ni fueros. Kirchner está acusada en el caso de «venta de dólar futuro», una operación cambiaria realizada por el Banco Central en septiembre pasado, en plena campaña electoral.
En un intento por desalentar una devaluación, el Banco Central fijó entonces precios de dólar no muy altos, válidos para marzo de 2016. Pero el Presidente Mauricio Macri, cuyo triunfo sorprendió al kirchnerismo, devaluó tras asumir y el Banco Central tiene que pagar ahora un 50% más caros los futuros. Los querellantes son dos macristas, el titular del Senado, Federico Pinedo, y de Diputados, Mario Negri.
El juez acusa a Kirchner, al ex presidente del Banco Central Alejandro Vanoli y al ex ministro de Economía Axel Kicillof de presunta «defraudación contra la administración pública». «Es un caso de denuncia política armada donde no hay acusación», dijo Kicillof al calificar la causa de «absurda» en un escrito presentado el martes ante Bonadio.
Macri opinó sobre las manifestaciones en favor de Kirchner que está «bien que el grupo de adherentes la reciba y que la acompañe en este tramo de su vida política y frente a la requisitoria judicial».