Después de más de cuatro años de tramitación, la Cámara de Diputados aprobó por unanimidad las modificaciones de la Comisión Mixta al proyecto de ley que tipifica el femicidio en nuestro país, quedando a la espera de su aprobación por parte del Senado.
Con esto, el femicidio queda tipificado en el Código Penal como un asesinato en manos del esposo, del conviviente, y también del ex esposo y del ex conviviente, con penas que van de los 15 a los 40 años, es decir, cadena perpetua. Además, se acepta la legítima defensa en casos de mujeres violentadas durante años, que matan a sus parejas.
La diputada Carolina Goic (DC), una de las autoras de la iniciativa (junto a la diputada PPD Adriana Muñoz), valoró el hecho de incorporar a los ex cónyuges y parejas, “ya que el 24 % de los crímenes tiene por autores a ex parejas”.
Goic destacó que “a partir de hoy Chile se pone al día en esta materia, aumentando las penas y estableciendo la existencia de este delito, que no es un simple homicidio”.
Para Soledad Rojas, coordinadora de la Red Chilena contra la Violencia Doméstica y Sexual, el sólo hecho de oficializar el término es un logro importante. Sin embargo, considera que el concepto de femicidio que se maneja “es bastante estrecho”, acotado sólo a las relaciones de intimidad.
“Hay un montón de otras situaciones de violencia con resultado de muerte, como los pololeos. El 2007 fueron 5 casos, el 2009 fueron 9. Además, no se considera femicidio el asesinato de desconocidos que violan y matan mujeres, que este año ya van en 4 casos”, afirma.
Respecto al aumento de las penas, Rojas considera que esto “no incide en que bajen los crímenes, ya que la mayoría de los asesinos termina suicidándose”.
Por su parte, la diputada Adriana Muñoz destacó que “este es un triunfo muy grande del movimiento de mujeres al que le debemos todo el respaldo que nos han dado y todo el esfuerzo que han realizado para que se produzcan estos cambios en la sociedad y sobre todo desde la ley”.
Ante la petición de las parlamentarias de aumentar el presupuesto para las Casas de Acogida, Soledad Rojas apunta la necesidad de aumentar el presupuesto en prevención, desde los estadios más iniciales, “ya que estas casas son medidas de protección extrema, cuando el asesinato se presenta en forma inminente”.
“Es necesario cambiar los rasgos culturales que naturalizan el derecho de propiedad de los hombres sobre los cuerpos de las mujeres, así como abordar el femicidio como la expresión final de un continuo de violencia contra las mujeres en todos los ámbitos”, concluye.
Por Cristóbal Cornejo
El Ciudadano