Las oscilaciones en el precio del dólar, mantienen un escenario complejo en la economía chilena. En el contexto de la llamada “guerra de divisas” internacional, Chile ha visto la mayoría de su sector exportador perjudicado por el bajo precio de la divisa extranjera, mientras que para los ciudadanos comunes, los valores de productos importados (como electrodomésticos, automóviles o medicamentos) se encuentran más accesibles para sus bolsillos.
Hoy, el dólar sube casi $3. Esto podría significar alegrías en el sector agrícola, que requiere de un alza en esta divisa extranjera para recibir un mejor cambio cuando realizan sus ventas en el exterior y así evitar pérdidas. Sin embargo, las constantes subidas y bajadas de la moneda en las últimas semanas, genera incertidumbre de lo que ocurrirá en el futuro.
Sin ir más lejos, el viernes, el dólar llegó a uno de los valores más bajos desde hace dos años: $478,80 comprador y $479,10 vendedor. Hoy en la mañana, el dólar se apreciaba en $481,91 comprador y $482,86 vendedor, visualizándose así alguna posible mejora. No obstante, el sector afectado ha manifestado que requiere un valor de al menos $550 para lograr competir en el mercado.
En este contexto, a comienzo de mes, el presidente de FedeFruta, Antonio Walker, pidió al Gobierno y al Banco Central intervenir el tipo de cambio lo antes posible, asegurando que las pérdidas en el sector podrían llegar a las 650 millones de dólares este año.
Para el economista Manuel Riesco, el Gobierno sólo a “mostrado los dientes”, pero no ha intervenido de manera relevante en este problema que atañe principalmente a los agricultores exportadores del país. Según él, debería hacerse un “control de capitales a inversionistas extranjeros” porque “se ha estado beneficiando a un poderoso grupo de banqueros ocupados de hacer fortuna con su negocio, en vez de hacerse cargo de los trabajadores”.
Para Hugo Fazio -también economista de Cenda-, existen varias salidas posibles, pero lo que no puede suceder es “que el Banco Central no actúe, que es justamente lo que está ocurriendo”, aseguró.
Por su parte, el Presidente ha dado señales de “preocupación”, pero sin mayores acciones. Hace dos semanas, el ministro de Hacienda, Felipe Larraín y el presidente del Banco Central, José de Gregorio, se reunieron después de que Piñera asegurara que “se deben coordinar políticas conjuntas” entre el Banco Central y el Gobierno.
Sin embargo, Chile no ha querido intervenir de la manera más “común”- según Fazio- en estos casos (como ya lo hicieron Colombia y Brasil): comprando dólares para que circulen menos en el mercado y, por lo tanto, se reduzca la oferta y crezca la demanda, aumentando así el valor del billete verde.
LO QUE MOLESTA A LOS AGRICULTORES
A comienzos de octubre, el sector agrícola- representado por integrantes de FedeFruta y de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA)- manifestó públicamente su molestia respecto a las consecuencias que el bajo valor del dólar acarrea.
Según explican, $480 es un valor que no permite competir en el mercado de las exportaciones, ya que al recibir las ganancias en moneda extranjera, el cambio no logra ajustarse a la inversión y finalmente el sector agrícola recibe menos ingresos.
En palabras simples, cuando los exportadores transforman los dólares que han ganado a pesos, reciben menos monedas nacionales, es decir, pierden dinero.
El presidente de la Asociación de Vinos de Chile, René Merino Blanco, dijo hoy que: “la solución es mejorar el tipo de cambio o cobrar más caro por el producto que vendemos”. En ese sentido, Hugo Fazio explica que los exportadores “no pueden cobrar más por sus productos, porque el valor lo fija el mercado internacional. Si subieran los precios, simplemente nadie les compraría y, por ende, no podrían competir”.
CONFLICTO GLOBAL
La caída del precio del dólar es un asunto que se enmarca en la economía y, por ende, tiene consecuencias globales. Actualmente, la mayoría de los países de Latinoamérica se encuentran en el mismo problema que Chile. Inundados de dólares, las monedas propias del país -ya sean reales, soles, pesos argentinos o chilenos- se alzan, provocando que las exportaciones sean menos competitivas.
En Brasil, el Banco Central comenzó comprando mil millones de dólares en los mercados cambiarios, sin fijar límites sobre la cantidad de billetes verdes que puedan adquirirse. Esta es una medida que intenta bajar la oferta de la divisa norteamericana en el mercado, para que suba la demanda y, por lo tanto, el precio. Según Guido Mantenga, el ministro de Hacienda brasileño, la tasa del Impuesto sobre Operaciones Financieras sobre las solicitudes de los inversores extranjeros en renta fija aumentó del 2% al 4%.
En Colombia también comenzaron a comprar como mínimo 20 millones de dólares diarios. Otros países como México, han preferido no intervenir. En Chile, el Gobierno también opta por esta opción, “porque posee una línea ideológica donde la intromisión del Estado no es posible”, opina Hugo Fazio.
REPERCUSIÓN EN LA CIUDADANÍA
Para los consumidores, es el momento de comprar. Si bien es cierto que los exportadores agrícolas se encuentran en desventaja, lo cierto es que la economía tiene repercusiones en distintos puntos y no todos salen perdiendo.
Si nos referimos al sector importador, la situación es contraria. Con el bajo precio del dólar, quienes trabajan en esta sección pueden comprar a precios más bajos en el extranjero y venderlos en Chile a valores más favorables para la población. De esta manera, actualmente la mayoría de los productos que se encuentran en las grandes tiendas- como electrodomésticos, pasajes al extranjero o vestimenta importada- deberían tener precios rebajados.
Por Mijaila Brcovic Leigthon
El Ciudadano