Me pusieron la epidural para aliviar la agonía del parto, pero me dejó paralítica«, cuenta Irrum Jetha. Esta madre británica y científica de profesión ha relatado al diario Daily Mail cómo esta inyección la ha postrado en una silla de ruedas.
Los hechos ocurrieron en agosto de 2014, cuando Irrum dio a luz a su hija Amelie. Aunque al principio los médicos le aseguraban que era normal no sentir las piernas tras el parto, al día siguiente empezaron a preocuparse y la trasladaron a otro hospital en el que le hicieron un escáner y descubrieron que Irrum había sufrido un extraño hematoma epidural.
En su caso, los médicos le recomendaron la epidural ya que se le había reemplazado una válvula cardiaca pulmonar cuando tenía 19 años y esta inyección reduciría la tensión que podría provocar el parto a su corazón.
Irrum Jetha y su marido Adam, ambos del condado inglés de Middlesex, viven con la esperanza de encontrar una cura que pueda revertir su parálisis. Tras las complicaciones del parto, una vez regresó a su casa, Irrum descubrió que las piernas parecían volver en sí realizando una serie de ejercicios. Desde entonces ha seguido ejercitando las piernas una media de 4 o 5 horas al día, «a menudo con fuerte dolor», explica.
Este matrimonio ha hecho un llamamiento para intentar recaudar el dinero necesario para un tratamiento intensivo que mejore su situación, pero que no cubre el sistema de salud británico. La petición, canalizada a través de la plataforma Gofundme, lleva más de 19.700 libras recaudadas en menos de un mes.
«Estaba muy emocionada con convertirme en madre por primera vez (…), pero sufrí la más grave de las complicaciones y, tras una cirugía de emergencia para descomprimir la médula espinal, me quedé paralítica. No podía mover mis piernas. No podía sentir nada. Estaba en un estado de shock y era incapaz de aceptar lo que estaba pasando. Era como si mi mundo entero hubiera colapsado«, asegura Irrum en la petición de Gofundme.
Su objetivo es utilizar este dinero acumulado para financiar la fisioterapia intensiva en el Centro de Rehabilitación Geerlofs en Pforzheim, Alemania. «Se trata de un centro de recuperación neurológica que visitamos en noviembre de 2015 y creen que una estancia de tres meses allí será suficiente para que Irrum pueda volver a caminar con ayuda de un andador. Esto tiene un coste de 40.000 libras«, segura el marido de Irrum.
Para este matrimonio, lo ideal sería poder permanecer 12 meses en este centro de fisioterapia alemán, ya que al cabo de ese tiempo podría ser aún menos dependiente para caminar.
Con información de: 20minutos.es