Sobre la autora
Paula Brecciaroli nació en Buenos Aires, en 1976. Es narradora y ocasionalmente ilustradora. También es coeditora de la editorial Conejos (integrante de La Coop) y psicóloga. Publicó, entre otros, la novela Brasil (Editorial Conejos, 2011) y el libro de poesía Te traje bichos para que juegues(Textos Intrusos, 2011). Participó de 9. Antología de cuentos (Textos Intrusos, 2013). Algunos de sus relatos forman parte de La mano que mece (antología de editores) (Ediciones Outsider, 2015).
Los dramas clásicos en los tiempos modernos
Sin lugar a dudas Otaku, la novela de Paula Brecciaroli, es un relato sobre los tiempos modernos y como las nuevas tecnologías pueden cambiar rutinas, comportamientos o situaciones. Sin embargo, Brecciarioli logra mostrar que, a pesar de las constantes transformaciones a nuestro alrededor, los dramas clásicos siempre van a ser centrales.
Así, una de las grandes habilidades de la autora es poder modelar el amor, el desgano, el miedo, la amistad y las relaciones familiares, entre muchos otros sentimientos, para ser experimentados por un otaku de principios del siglo XXI. Esa apuesta no menor logra su fruto: atrapar al lector desde la primera hoja. Las vivencias cotidianas son captadas y descriptas por Brecciarioli con una precisión de cirujano.
Gastón, el protagonista de Otaku, logra generar gracias a las virtudes de la escritora un sentimiento agridulce para con el lector: el rechazo y la identificación con el personaje conviven a lo largo de todo el relato. Y es que esa es una característica de los tiempos modernos: la contradicción permanente. Gastón, que puede ser la persona más egoísta y desagradable del mundo, otras veces se presenta como el más sensato.
Otro aspecto a destacar es la capacidad de Brecciaroli de introducir en su novela Otaku a cualquier lector -incluso a quien desconozca por completo ese mundo de mangas japoneses- en la atmósfera de una adolescencia que se va pudriendo lentamente pero que Gastón se niega admitir. Su hermana ya tiene un hijo, su mejor -y único- amigo consigue pareja y hasta sus padres divorciados rearman sus vidas. El protagonista deOtaku, en cambio, intenta dilatar ese sentimiento a pesar de tener todo en su contra, condensando virtudes y miserias por igual.
En esa dirección, el amor trunco e idealizado de Gastón con una compañera otaku y por el que tanto se esforzó, aparece como una actualización de todos los corazones rotos en la historia de la adolescencia mundial. Ya nadie se suicida en pareja ni se escapa junto a la persona amada: solamente se acepta con desgano, pero nunca se olvida. Internet es, en ese sentido, una máquina de búsquedas desesperadas.
Brecciarioli obtiene con Otaku un libro más que atractivo que si se lo mira bien es un álbum de fotos: cada capítulo es una captura de un momento de la vida moderna con la que uno alguna vez tuvo que lidiar. ¿O quién nunca soñó con reemplazar el amor perdido con un holograma que siempre nos de la razón? Gastón, por segunda vez en su vida, va a intentarlo con su mayor esfuerzo.