Sobre la editorial
Santos Locos nació como una editorial de libros digitales, pero al poco tiempo se dio cuenta de que había espacios físicos que era necesario llenar y se sumaron a las obras impresas en el año 2014. Con un estilo artesanal y clásico, sus libros se logran distinguir a simple vista gracias al trabajo manual y dedicado de la Imprenta Rescate, del barrio porteño de Boedo. Con tres colecciones en circulación, una a salir y un conjunto de libros agrupados en “Santos sueltos”, esta editorial apuesta a la poesía bajo un lema: “Poesía de hoy para leerse hoy”.
-¿Cómo surgió Santos Locos?
– Santos Locos nació de un grupo de dos amigos y otro en común. Todos éramos poetas, teníamos libros y peregrinábamos de editorial en editorial, al punto de que habíamos caído en la autoedición. Todos conocíamos, también, a otros poetas que estaban en la misma. Un día charlando Sebastián Morfes se disparó la idea de que sí, todos escribíamos, pero lo interesante era editar. Así, en otra juntada, decidimos crear la editorial.
-Al principio eran solo digital, ¿no?
-Sí, empezó siendo así porque no teníamos guita para editar nuestros propios libros, mucho menos de terceros. Pero muy pronto quedó en evidencia que si queríamos seguir incursionando en el campo era difícil sin estar físicamente, mucho moría ahí.
Todos éramos poetas, teníamos libros y peregrinábamos de editorial en editorial, al punto de que habíamos caído en la autoedición. Todos conocíamos, también, a otros poetas que estaban en la misma.
-¿Y cómo decidieron dar el paso?
-Al principio conseguimos un poco de plata de distintos lugares y tiramos la primera colección. Ese fue el primer motor, diría Santo Tomás. La primera colección dio lugar a la segunda y la segunda a la tercera y ahí estamos: 9 títulos físicos y tres en camino.
-Claro, eso es algo que suele pasar en las editoriales independientes, ¿no? Que un libro sirva para hacer otro.
-Sin duda, ingresos no se generan.
-¿De dónde salió el nombre “Santos Locos”?
-Es una historia muy graciosa. Después de esa juntada donde dijimos de hacer la editorial, la segunda fue para llevar nombres. Obviamente, porque los conocía, solo yo había llevado. Creo en las casualidades, pero en cierta parte no lo son. Yo tengo una impronta muy peronista en mi pensar que viene de familia. Justo habían lanzado una reedición de “Las veinte verdades peronistas” y yo me acordaba que mi viejo tenía la primera edición en su estudio, pero por otra cosa, no por el nombre de la editorial. Ese libro cierra con la siguiente frase: “Las grandes obras las sueñan los Santos Locos, las realizan los luchadores natos, las disfrutan los sagrados cuerdos y las critican los inútiles crónicos”, que es de algún chino al estilo de Confucio. A los tres nos pareció una frase genial y lo que más nos gustó fue “Santos Locos”.
-Actualmente, ¿quiénes integran Santos Locos?
-Soy yo que busco a los poetas, me encargo del catálogo; Nicolás Castro que tiene un rol para generar eventos, como nuestro ciclo de lectura “Santa Poesía”; y Santiago Motto, que sería la tercer pata, como él siempre dice.
-¿Qué intención tenés a la hora de armar el catálogo?
-Es algo complicado, porque nosotros no somos muy del medio, no conocemos a tanta gente. Se empezó a dar por decantación. Primero buscamos a poetas que nos den bola, porque algunos nos dijeron que no, lo cual es respetable. Después empezamos a armar un perfil: poetas jóvenes, gente contemporánea. Nosotros tenemos un slogan que es “Poesía de hoy para leerse hoy” y una cosa fue llevando a la otra. Editamos a un escritor que hizo que otro se acercara y se desencadenó. El catálogo es ecléctico porque somos tres voluntades en Santos Locos y en general son primeros libros de sus autores. También creo en el enlace, por eso les pido a los autores publicados que me recomienden cosas que creen interesantes. Por ejemplo el libro de Alejandro Puch, Autoboicot, llegó por otros dos autores que lo recomendaron sin conocerse entre sí. Era una buena señal.
Nosotros tenemos un slogan que es “Poesía de hoy para leerse hoy” y una cosa fue llevando a la otra. Editamos a un escritor que hizo que otro se acercara y se desencadenó. El catálogo es ecléctico porque somos tres voluntades
-¿Tiene alguna característica que consideres particular?
-Tratamos que en todas las colecciones haya un poeta extranjero, que fue algo que se dio de casualidad, no lo buscamos intencionalmente. En la primera colección habíamos editado a Marysabel Sánchez Bouttó, que es venezolana pero está radicada acá en Argentina, y nos gustó mucho. Para la segunda colección buscamos algo símil y terminamos editando a otra venezolana: María Ruíz, un poemario excelente. En la tercera colección próxima a editar va a salir un mexicano que se llama Diego Espíritu. Es algo que nos gusta, está bueno.
-¿Qué es lo distintivo que tiene Santos Locos?
-La impronta que tienen nuestros libros es que son artesanales, eso es lo distintivo. Por lo tanto trabajamos con una imprenta artesanal que es de 1905. Las tapas son tipográficas y es todo un laburo. Hablamos mucho con nuestro imprentero, es una persona que sabe mucho. Él siempre dice: “Vos si querés hoy te hacés una editorial con los recursos tecnológicos que hay”. Se pueden hacer cosas muy piolas. Hay plaquetas que nacieron así, con cosas muy chicas pero a su vez muy lindas. Pero lo difícil es mantenerte en el tiempo, perdurar, y eso es a lo que apuntamos.
-Después de dar el paso hacia los libros físicos, ¿cómo siguieron?
-Ya con los libros, redoblar la apuesta era estar en los distintos festivales. Todo insume una capacidad de laburo que no se suele tener. Cuando salió La Coop, eso solucionó muchas cosas: los libros pasaron a tener una distribución en todas las provincias. Doce voluntades juntan mucho más.
-¿Cómo se dio el ingreso de Santos Locos a La Coop?
-Descubrí varias cosas con la editorial: la primera es que es un mundo muy complicado, muy endogámico. Uno siempre suele pensar que en los ámbitos de la cultura la gente suele ser más desprendida, más generosa, pero en realidad es todo lo contrario. Después, que si no empezabas a llenar lugares, por más que tuvieras el catálogo más hermoso del universo, no existís. Si tus autores no van a leer, tampoco existís. Por más que vayan, lean y tengan buenas ventas, tampoco te van a invitar si no conocías a nadie ahí adentro. Sin embargo, también descubrí la otra cara: gente muy generosa. Todo lo que le pasa a Santos Locos es por generosidad de mucha gente. Y La Coop es un ejemplo. En un festival que organizaban los chicos de Nulú Bonsai teníamos un stand de Años Luz al lado, que lo atendía Juan Crasci. De ahí quedó una buena onda y un año después me lo vuelvo a cruzar y volvimos a charlar. A los pocos días veo que estaba La Coop naciendo y le mando un mensaje preguntándole. Me contestó que estaban tomando gente, que fuera. Ese es otro ejemplo de generosidad claro.
-¿Y cómo siguió la historia?
-Me dijeron, después de esa reunión, si quería tomar la decisión para la próxima semana y yo les contesté al instante: “Anotame, estoy adentro”. El hecho de un montón de gente en el mismo barco, con mayores o menores ambiciones, es algo increíble. Estar en La Feria del Libro, por ejemplo, es algo impensando. Es muy mucho.
Todo lo que le pasa a Santos Locos es por generosidad de mucha gente. Y La Coop es un ejemplo.
-¿Qué ventajas ves en ser una editorial independiente?
-Diferenciaría lo que es ser una editorial independiente que en el fondo buscan acaparar a un sector, que son muy grosas, que trabajó años en el paño. Tienen una buena visión comercial. Nosotros no estamos ahí, somos del grupo que no es tan académica, se corre del dogma. Ese es nuestro espacio.¿Qué beneficio nos da eso? Primero, la libertad total de catálogo: yo edito lo que quiero. También que no tengo tiempos que me apremien, sí tratamos de hacer una colección por año, pero tenemos esas libertades.
-¿Cuáles son los próximos proyectos?
-Tenemos la próxima colección que se va a llamar “Los imprescindibles”. La primera se llamaba “Augurio”, la segunda “Barricada” y la tercera “La base”. Además tenemos la colección “Santos Sueltos”, que van por fuera de las colecciones. Esta nueva colección va a estar compuesta por Violencia doméstica, de Walter Lezcano, Un alhajero sin terminar de Gabriela Luzzi yPoemas Punks para community managers de Diego Espíritu, un escritor mexicano. Las tapas las va a hacer Antolín, las anteriores siempre las hizo Pablo Matheu, Alías “Capitán Sol” que sería la cuarta pata de Santos Locos. Es argentino y vive en México. Después tenemos una colección que es solo online que es para chicos y se llama “Santitos Locos”. Son 4 poemas y un cuento, es un proyecto cruzado, muy interesante. Hay a gente de México, Córdoba y Buenos Aires trabajando ahí. En el futuro queremos editarlo en papel. También queremos incursionar más en narrativa y en ensayo.