Cuando nos enfrentamos a una pintura de Claudia Hidalgo suscita en nosotros una extrañeza, ¿a qué nos enfrentamos? Un primer acercamiento nos hace creer que estamos frente a una pintura puramente expresiva, donde lo que prima es la sensorialidad y, si bien esta es fundamental, una segunda mirada detenida frente al cuadro nos mostrará cómo el aparente azar que constituye sus inmensos lienzos, está fríamente calculado. La sensación azarosa y sinquerer de los cuadros es una máscara, tras de ella está el manejo de los materiales, liquidos con espesos, opacos con brillantes.
Claudia Hidalgo emplea para hacer sus pinturas Polivinilo Carbonato, una tinta para imprimir industrialmente.Brillante, espesa, flexible, pesada, viscosa, semitransparente, tóxica, resistente a la intemperie y de secado rápido; soporta bien la temperatura y el proceso de estiramiento.
«Ocupo diversos soportes: lino, lona, PVC, y Blackout, Si escojo la lona o el lino, sé que la pintura mezclada con el dibujo se va a impregnar de una cierta forma acuosa. Al pintar, comúnmente trabajo primero la superficie acuciosamente, mattianamento se podría decir. Luego intervengo este fondo con impresiones. Pinto en un papel o en otros soportes y eso lo voy trasladando a la tela. Cuando escojo soportes plásticos la pintura no se absorbe. El PVC no absorbe nada, la pintura se desliza, fluye (…). Esto significa que en algún momento puedo puedo despegar las manchas que conforman la pintura. De hecho, despego manchas, les aplico diluyente por el reverso y las vuelvo a pegar en otras pinturas».