Una voz estruendosa suena y retiembla en la oscura habitación mientras consideramos imposible que una aparición demoníaca pueda aparecer. Nos concentramos en la razón, pero vivimos con esa educación cristiana que muchos de nuestros padres inculcaron con devoción en nuestro interior. Los rumores surgen, empiezan a asegurar posesiones y la salvación en el exorcismo. Aún estamos escépticos, pero tal vez debido al cine decidimos creer que los demonios están más cerca de lo que pensamos.
¿Qué tan retrógradas parecemos al considerar posibles seres poderosos que determinan nuestro destino y el del mundo entero? Hace más de quinientos años, en la Edad Media, el poder absoluto de toda Europa era la Iglesia, sin embargo, la sociedad no progresaba, sus ideas no eran productivas y por supuesto, no eran buenos seres humanos. Todos vivían en el oscurantismo de una época en la que los individuos eran más animales que racionales. Lo verdaderamente importante no era hacer las cosas bien, sino castigar y condenar a aquellos que lo hacían mal.
La vida dejó de avanzar y todo era, como su nombre lo dice, más oscuro y lúgubre. Sin embargo, con el Renacimiento todo cambió, dejó de importar la religión y se centraron más en la ciencia y el humanismo. El mundo tuvo un carácter mucho más progresista en diferentes aspectos y en lugar de recitar la devoción teocéntrica, comenzaron a enaltecer el antropocentrismo.
Muchos comenzaron a replantearse las ideas eclesiásticas, pero su poder no disminuyó tanto como se pretendía… aún hoy, si alguien asegura el castigo divino, cientos de personas lo siguen con devoción para evitar el infierno. Nietzsche lo supo y se dio cuenta de lo mal que estábamos. “Si se coloca el centro de gravedad de la vida no en la vida, sino en el «más allá» —en la nada—, se le quita a la vida en general el centro de gravedad”, recita en “El Anticristo”.
La gente repudió su escrito, pero es evidente que no está hecho para todos, sino para aquellos que son capaces de comprender ideas que la masa no apoya. Para Nietzche, el cristianismo es el mal social por el que el mundo sufre. Nunca consideramos que el escritor pudiera ser satánico, pero a pesar de la creencia popular sobre el Satanismo, parece ser que tiene más en común con el filósofo que con ritos demoniacos, posesiones, espíritus que hablan en otro idioma y cualquier dato prejuicioso con el que hayamos crecido toda la vida.
Este 30 abril cumple 50 años de fundación, por lo que, además de festejar el Día del niño, también deberíamos celebrar el primer día del año del reino de Satanás.
Fue fundada en 1966 por Anton Szandor LaVey, también conocido como el Papa Negro, en contraposición al Cristianismo.
En realidad, para el Satanismo existen 9 pecados: estupidez, pretensión, el solipsismo, autoengaño, conformismo, falta de perspectiva, el olvido del pasado ortodoxo, el orgullo contraproducente y la falta de estética.
A pesar de que todos creen de que la iglesia de Satán es una religión que hace ritos espiritistas, posesiones y cualquier tipo de blasfemias, en realidad se creó como una crítica al Cristianismo. Su fundador lo acusa de ser una plaga en la Tierra que atemoriza y reprime.
Se basa en las reflexiones de Nietzsche y de este modo, niega la figura del diablo como algo real. Acusa al cristianismo de atemorizar a la gente y en términos llanos, convertirse en la única esperanza para la salvación.
Satán es en realidad la representación de la inteligencia y la humanidad en la Tierra por su descripción bíblica: Satán, el ángel caído que pensó por sí mismo y se rebeló contra Dios.
Niega absolutamente todas esas creencias que aseguran que hacen sacrificios y profanaciones, y los acusa de ser tan estúpidos como los cristianos.
Se estima que tiene unos 2 mil adeptos alrededor del mundo.
Existen tres divisiones de la iglesia de Satán: el Templo de Set, el Templo del Vampiro y la Primera Iglesia Satánica, las tres vertientes son de personas allegadas a Lavey.
El pentagrama no tiene nada de demoníaco, es más bien un símbolo que representa los 5 elementos: 4 físicos ─aire, tierra, fuego y agua─ y uno espiritual, el akasha o espíritu éter, mismo que se encuentra en la punta superior. Así, su interpretación debería ser “el dominio del espíritu sobre los demás elementos”.
El satanismo se basa en la aceptación de todas las pasiones humanas
Los 9 principios de la Iglesia son:
Satán representa indulgencia en lugar de abstinencia.
Representa existencia vital en lugar de una pipa espiritual de sueños.
La sabiduría sin mancha en lugar de autoengaño hipócrita.
Bondad a los que lo merecen en lugar de amor desperdiciado en ingratos.
Venganza en lugar de poner la otra mejilla.
Responsabilidad en lugar de la preocupación por un vampiro psíquico.
Representa al ser humano sólo como otro animal, a veces mejor, pero la mayoría de las veces peor que esos que caminan en cuatro patas, nos hemos convertido en el animal más vicioso de todos.
Representa todos esos llamados “pecados”, tanto como esos dejen una gratificación física, mental o emocional.
Satanás ha sido el mejor amigo que la Iglesia ha tenido, pues ella lo ha mantenido en el negocio todos estos años.
La Iglesia a veces parece una institución tan de antaño que merece respeto y devoción, sin embargo, nunca consideramos qué tan mal parece regir nuestra vida y cómo, con cada regla que acatamos, nos volvemos menos libres, sin razonar ni demostrar un atisbo de de cordura.
Vía: Cultura Colectiva