Bolivia celebra hoy el X Aniversario de la Nacionalización de los Hidrocarburos, una decisión política que cambió el rumbo socioeconómico de esta nación suramericana. El 1 de mayo de 2006 el presidente boliviano, Evo Morales, promulgó el decreto supremo 28701, mediante el cual el país andino recuperaba la soberanía de sus yacimientos petrolíferos.
De acuerdo con datos del Ministerio de Hidrocarburos y Energía, en una década de nacionalización el patrimonio del sector se incrementó 100 millones de dólares (2005) a nueve mil 109 millones hasta el 2015. En reiteradas ocasiones Morales recuerda en sus discursos que previo al proceso de cambio, las transnacionales decían que el petróleo era de los bolivianos mientras estuviera bajo tierra, una vez extraído pertenecía a las firmas extranjeras.
Nacionalizar los hidrocarburos en Bolivia permitió al gobierno construir escuelas, instalaciones deportivas, hospitales, garantizar bonos monetarios a niños, ancianos, embarazadas y discapacitados. Asimismo, crear infraestructuras viales, centros de investigaciones y contar hasta con un satélite de telecomunicaciones de más de 300 millones de dólares.
El proceso de nacionalización le permite a Bolivia llevar adelante un plan de desarrollo industrial, de ahí que ya cuenta con dos plantas separadoras de líquidos, Río Grande y Gran Chaco.
La dirección del país altiplánico también decidió con recursos propios la construcción de la Planta de Urea y Amoniaco en Bulo Bulo, ubicada en el departamento de Cochabamba.
En dicha obra está prevista una inversión de 862,5 millones de dólares, una de las cifras más alta de inyección de capital registrada en la historia económica de Bolivia. En la jornada, el ministerio de Hidrocarburos y Energía anunciará una convocatoria para licitar la Planta Petroquímica de Propileno-Polipropileno, el proyecto más grande con que cuenta hoy el país para su industrialización.
Con información de: PrensaLatina