«Todos los ingresos a la isla están cerrados. Las dos rampas del Canal de Chacao están cerradas. Acabamos de romper todas las confianzas que habíamos dado, incluso con el tema de las ambulancias; los casos graves obviamente que los dejamos pasar. En este momento Chiloé se encuentra completamente aislado. La movilización está creciendo. Se junta más gente, se están sumando más organizaciones que están haciendo demandas colectivas», asegura la histórica dirigenta sindical de Chiloé, Evelyn Vera Águila, perteneciente a la Red Sindical Territorial.
Ese es el escenario de este martes, luego de que ayer lunes 2 de mayo pescadores artesanales iniciaran una protesta tomándose y bloqueando los accesos a Chiloé, con el fin de exigir un aumento del bono de $100 mil que el gobierno ofreció para cada familia afectada -se asegura- por la «marea roja».
Sin embargo, la movilización creció -ahora son unos dos mil pescadores cerrando los pasos- y con ello surgieron rápidamente los cuestionamientos respecto a la tesis que han sostenido las autoridades y los medios de comunicación tradicionales, en cuanto a culpar solo a un fenómeno natural por la grave situación por la que atraviesa el archipiélago.
Las salmoneras
«Lamentablemente la mesa que está trabajando en este minuto está abordando solamente el tema del dinero, pero el tema de fondo aquí es mucho más grave. Aquí murió el mar chilote», sostiene Águila, quien agrega: «Aquí existe la ´marea roja´, que es la más terrible que nos pudo tocar en el territorio; pero la segunda arista es el vertimiento de mortandad de salmones. Son dos cosas distintas. Y lo peor de todo es que el vertimiento fue hecho no respetando las medidas, avalando las autoridades comunales, provinciales y nacionales que se haga».
La dirigenta se refiere al vertimiento de salmones muertos frente a las costas de Chiloé, producto del afloramiento de algas nocivas o bloom, que afectó a aproximadamente 25 millones de peces de los centros de cultivos en la Región de Los Lagos y el Seno de Reloncaví en los últimos dos meses. “En total, se arrojaron alrededor de 4 mil 659 toneladas de salmones en el punto de descarga, en una maniobra que fue monitoreada en todo su trayecto”, dijo el pasado 30 de marzo José Miguel Burgos, director nacional de Sernapesca, sobre el cuestionado vertimiento de estas especies, supuestamente, a 75 millas de la costa.
El pasado 26 de abril más de 5 kilómetros de machas aparecieron muertas en la bahía de Cucao, en Chonchi, sector oeste de Chiloé. Posteriormente, el fenómeno se repitió en la playa de Mar Brava, en el norte de la isla. La responsable -aseguraron las autoridades y los medios- fue la «marea roja». Sin embargo, desde el Centro de Estudios Sociales de Chiloé (CESCH) respondieron con un simple dato: «La ‘marea roja’ no mata a los bivalvos».
«Desde una perspectiva científica se sostiene que los nutrientes de los desechos animales de la pesca vertidos aumentan la cantidad de alga asociada a la ‘marea roja’, donde existe una responsabilidad ineludible de la industria salmonera», agrega el CESCH.
La dirigenta Evelyn Vera -quien cuenta que ante la desconfianza hacia los laboratorios ocupados por el Estado han decidido guardar muestras- sostiene que las autoridades «están ocultando información. No quieren hacerse responsables porque saben que los responsables son ellos, junto con la industria salmonera». Y agrega: «Es aún más grave, nuestro territorio está en total desamparo y el Estado chileno junto con la Corfo le están entregando recursos frescos, sin devolución, desde el año pasado. Ya les entregaron 70 millones de dólares en abril de 2015 porque ellos sabían lo que estaban haciendo y lo que venía. Es gravísimo lo que está sucediendo».
«No entiendo por qué a la autoridad le cuesta tanto contratar un laboratorio que esté certificado por el Ministerio de Salud que tome una muestra del agua y de la espuma verde y diga ‘esto es lo que pasa’. O sea, hay algo que están ocultando respecto de los salmones que arrojaron al océano», ha indicado al respecto Lorenzo Cárdenas, presidente del Sindicato de Macheros de Mar Brava.
«Aquí hay un terremoto ambiental y no solo por la ´marea roja´»
Juan Carlos Viveros, vocero del Movimiento Defendamos Chiloé, se suma a esta posición señalando que «lo que está ocurriendo en Chiloé no afecta solo a los pescadores artesanales. Aquí hay un terremoto ambiental y no solo por la ‘marea roja’, como indican los medios televisivos. La industria salmonera arrojó miles de toneladas de pescado podrido a unos cuántos kilómetros de nuestras costas y a los días comenzaron a aparecer mariscos y otras especies muertas en Cucao, en Ancud».
Viveros apunta que, por experiencia, se sabe que «la ‘marea roja’ nunca ha matado especies, por lo que tenemos legítimas dudas del vertimiento de salmón». El dirigente plantea que esto debe ser estudiado e investigado por «fuentes independientes y confiables para nosotros, ya que los mismos pescadores han manifestado públicamente no creer en lo que puedan hacer los servicios públicos». «Esto no sólo es un lío gigante para los pescadores, lo es también para el comercio, transportes, gastronomía, ferias artesanales, turismo», advierte.
Una realidad que ya se está palpando en la isla. Cecilia, habitante de Ancud, relata que en estos momentos «todo el centro está cerrado», agregando que «el ancuditano es muy unido, todo Ancud se sumó al movimiento». La isleña explica que los pescadores son pilar fundamental de la cadena comercial de la zona, por lo que mientras ellos no compren se mantendrá paralizado el comercio.
Hoy habrá asambleas de organizaciones sociales y ciudadanos en Castro, Ancud y otras localidades. Por mientras, asegura la dirigenta Evelyn Vera, se mantienen «custodiando todas las rampas de los otros sectores interiores donde pudieran también desembarcar patrulleras de marinos junto a las Fuerzas Especiales. Nosotros les advertimos y las dos empresas de transbordadores se negaron a cruzar los buses y a las Fuerzas Especiales de Carabineros».
Por Daniel Labbé Yáñez