La India, un lugar que nos trae a la mente yoga, espiritualidad, colores, pobreza, diferencia social, bailes y colores, además de comida sabrosa y con gusto a curry, esconde en la actualidad un secreto fuera de la ley que surge como producto de una obsesión.
Hoy en día, somos consientes de que la globalización además de conectarnos, ha logrado promover una de las grandes obsesiones del mundo: la imagen. India no ha sido la excepción.
Pese a ser un país con una realidad muy diferente a la occidental, las exigencias para triunfar y ser bellos pasan por la estatura. Así es, en India, ser alto es sinónimo de belleza, por lo mismo, miles de jóvenes se someten día adía a operaciones no reguladas a riesgo de quedarse discapacitados.
Belleza o discapacidad
Sudhir Kapoor, presidente de la Asociación india de ortopedia ha advertido públicamente de los riesgos y ha declarado que, desde la asociación, no recomiendan someterse a la intervención excepto en casos muy específicos.
Es una operación que no se hace de forma rutinaria y existe un porcentaje muy elevado de complicaciones. Además, los cirujanos no suelen recibir entrenamiento especializado previo ni han aprendido prácticamente este tipo de procedimientos ya que no es recomendable.
«Se trata de uno de los procedimientos de cirugía estética más difíciles de realizar, y la gente lo está haciendo al cabo de solo uno o dos meses de residencia, siguiendo a un médico que, probablemente, también está experimentando. No hay universidades ni un entrenamiento adecuado, nada», dice Amar Sarin, un cirujano ortopédico de Delhi a The Guardian,
Someterse a un alargamiento de extremedidades no es motivo de orgullo, conlleva un estigma. Los pacientes que han decidido optar por este tipo de intervenciones, lo mantienen en secreto pero deciden seguir adelante porque sienten que deben pasar por ello para conseguir un buen matrimonio o prosperar en sus carreras laborales.
Sin embargo, y pese a los peligros y el dolor de la intervención, la tendencia de «crecer por la fuerza» va en auge en la India, aunque también ha ido surgiendo un flujo de turismo sanitario proveniente de occidente.
Amar Sarin, doctor de fama internacional por la practica de la técnica de «alargamiento» afirma haber intervenido a 300 pacientes de los que solo un tercio eran nacionales de la India.