Según informaciones obtenidas por Radio Bío Bío, la acuciosa investigación hecha por parte de la fiscalía militar, habría arrojado un montaje de parte de los funcionarios del Gope, quienes habrían manipulado el sitio del asesinato y la ropa del funcionario policial para justificar el crimen.
El asesinato fue perpretado el 12 de octubre del año pasado, por el funcionario de Fuerzas Especiales, Miguel Jara Muñoz, quien le disparó por la espalda al comunero. El hecho se llevó a cabo mientras Mendoza Collío participaba, junto a otros mapuche, en una recuperación de tierras cerca de la comuna de Collipulli, en la provincia de Malleco, Región de la Araucanía.
Desde el primer momento, altos oficiales de carabineros calificaron el acto como de “defensa propia”, razón por la cual el carabinero se vio forzado a hacer “uso legítimo de su arma”. Esto se habría debido a que el personal policial supuestamente fue emboscado por los manifestantes y atacados con escopetas de caza.
Sin embargo, de inmediato los comuneros desmintieron la versión, asegurando que sólo se encontraban con boleadoras y palos haciendo frente al desalojo. Es por ello que desde el principio la comunidad mapuche en conjunto con su abogado mantienen la firme convicción de que éste fue un montaje, más aún cuando Jara presentó como prueba una chaleco antibalas con perdigones que ellos aseguran nunca haber disparado.
Radio Bío Bío asevera que los peritajes realizados por la Policía de Investigaciones determinarían, por ejemplo, que el perdigón hallado en la ropa del cabo Miguel Jara Muñoz no le hizo daño alguno, por lo que la tesis sería de que su chaleco antibalas habría sido disparado en forma posterior y puesto en el suelo para simular un ataque.
Por su parte, Lorenzo Morales, abogado de la familia Mendoza Collío, afirmó que confía en las inconsecuencias de las declaraciones de Jara, quien en cuatro oportunidades expuso versiones distintas. Además, declaraciones contradictorias de otros uniformados, sumadas a los testimonios entregados por testigos presenciales serían factores que ayudarían a solicitar el máximo posible de condena.
El abogado también señaló que en el expediente los peritajes inculpan a Jara, y que el único contra radica en la conducta irreprochable anterior del funcionario policial. Morales apuesta por la máxima pena a la que se ve expuesto, 15 años, sin ningún derecho a beneficio.
Del mismo modo, Rodrigo Curipán, vocero mapuche que estuvo presente en el lugar de los hechos inmediatamente después de ocurrido el crimen, aseguró que la tesis del montaje es lo que mantienen desde un principio. Según relata Curipán, carabineros nunca estuvo cercado ni presionado como para haberse vistos forzados a disparar: “él disparó porque tenía la actitud de matar. A nuestro juicio, este fue un asesinato planificado por carabineros”, dijo categórico.
Por Katherine Torres
El Ciudadano