La banda de los Fontaine podría decir alguien medio en broma. No era una banda punk recordarán algunos, haciendo alusión al apellido que presentaba la banda en sus anteriores trabajos. ¿Es el proyecto personal de Gregorio Fontaine?, es otra pregunta posible. Ahora la banda ha incursionado en un estilo que recoge sonidos andinos y más latinoamericanos, afirman aquellos que los escucharon en el lanzamiento y también de manera previa a ello. Habría que como en las antiguas pruebas de aptitud (ineptitud) académica responder todas las anteriores o el cruce de algunas de ellas, por lo menos.
Pero hay que ir por parte. Lo primero es fácil de afirmar y tiene que ver con la presencia de primos y hermanos en el lote, al que se suman otros músicos que se incorporan para ir dando un sonido que agregan más cuerdas, voces y percusión. Sobre el pasado punk, eso: el pasado. Los primeros dos trabajos “Cuchufleta Punk” del 2004 y “Lencería fina” del 2006, el apellido era quizás sólo eso, ya que el sonido escapaba a la idea básica que entrega el punk, y ellos tenían cruces sicodélicos, pero con una actitud y forma de abordar los instrumentos que los acercaba al punk.
La otra pregunta sigue teniendo base, ya que en el trabajo actual, se dice “Cuchufleta es Gregorio…” y luego se habla de la banda, más los músicos invitados. Lo que se remonta al origen cuando este se entrega a desarrollar su proyecto, como una idea personal, como una forma de canalizar sus ideas y las otras vertientes que el creador desarrolla en las letras. Sobre el sonido actual, las respuestas o acercamientos a ellos pasan por distintos factores y los temas así lo permiten comprender.
La influencia de los sonidos andinos toma fuerza en algunos de ellos, que en algunos casos se desprende del propio nombre de los mismos. “Chicha” y “Voz andina” no sólo comprenden los sonidos para presentarse en su dimensión original, sino que la banda construye en ambos ideas propias, marcados por los violines y voces que responden a otros lineamientos estéticos. A eeto se debe sumar el apoyo prestado y el interés demostrado por Eduardo Parra, tecladistas de Los Jaivas, en el trabajo que Cuchufleta estaba desarrollando, y que tiene la posibilidad de ampliarse en el siguiente disco. Pero el grupo no termina transformándose en un tributo al grupo de Valparaíso, sino que sigue líneas propias, y que se refleja en los guiños lúdicos que la banda presenta, aunque algunos pianos y teclados se presenten marcados por el estilo “jaivas”.
Pero hay otros temas donde Cuchufleta sigue su pasos propios y se entrega a experimentar, a conjugar lecturas e interpretaciones que no sólo recogen los trabajos anteriores, como en “Coro de estrellas”, sino que permiten imaginar un futuro que quizás traiga otras miradas y deje todas aquellas preguntas o ideas presentadas al inicio como algo que ya fue, y que quizás nunca más será.
Temas: 1. Bienvenida. 2. Nada de nada. 3. La mandíbula. 4. Órgano. 5. Soy este ambiente. 6. Merengue. 7. Ven dame tu amor. 8. Chicha. 9. Voz andina. 10. Coro de estrellas. 11. Chacarrachaca.
Músicos: Gregorio “Fontén Corchea” Fontaine (piano, voz, bajo, fx); Amparo Fontaine (violín, coros); Hernán Fontaine (guitarra, trompeta, djembe, coros) y Joaquín Subercaseaux (batería, percusión, coros).
Músicos invitados: Juanan Fontaine (voz), Felipe McRostie (guitarra), Michu Smith (charango), Diego Santa María (ukelele), Ariel Claure (violín), Juan Osorio (viola), Marcelo Cabello (chelo), y Chino Arias (percusión).
(P) Conejo
2008
Texto: Jordi Berenguer