La semana pasada, la funcionaria del Congreso, Lisette Mery Navia, declaró haber sido víctima de abuso sexual por parte de su jefe directo, el abogado Juan Pablo Durán. La denuncia ha desencadenado muestras de apoyo por parte de varias parlamentarias e incluso el presidente del Senado, Jorge Pizarro, lo tomó de manera personal y aseguró a los medios que “es el episodio más desagradable” que ha vivido durante este año.
Lisette Mery Navia, quien se desempeña como secretaria a contrata de la Cámara Alta, asegura que los hechos se desarrollaron el pasado domingo en el Congreso, después de almorzar en compañía de su jefe, en el contexto de una jornada laboral. De acuerdo a lo que ha trascendido en los medios, ella habría sido objeto de tocaciones sin su consentimiento, por parte de Durán.
El inculpado, confirmó hoy que efectivamente almorzó con su secretaria el domingo, pero asegura que los hechos de los que se le inculpan son “total y absolutamente falsos”. Aunque no quiso pronunciarse más al respecto debido a que el caso está pasando por sumario, dijo estar esperando con ansias que se realice la investigación para poder declarar, porque, según él, es inocente.
Mientras, Lisette Navia ha recibido apoyo por parte de Evelyn Matthei (UDI) y Ximena Rincón (DC), quienes pidieron a la Comisión de Régimen Interno que investigue la denuncia y que el hecho pase a ser objeto de sumario interno en la corporación, asunto que ya está en curso.
Para Matthei, “esto tiene que ver en la Justicia, pero quiero decir que una mujer no inventa algo así”, dijo. Y agregó que Lisette, “estaba muy preocupada porque no es de planta y en Chile muchas veces el hilo se corta por lo más delgado. Por eso hemos reaccionado para que se sienta respaldada y que el Senado lo sepa”.
El presidente del Senado, Jorge Pizarro, aseguró que el hecho es grave y una “situación impresentable si es efectiva. Me alegro que haya hecho la denuncia a la Fiscalía”.
LEY DE ACOSO SEXUAL
Actualmente, de los 120 diputados que conforman la Cámara Baja, 17 son mujeres; asimismo, de 38 miembros del Senado, sólo 5 son de género femenino. Pese a que el episodio de abuso sexual vivido por Lisette Mery Navia no se corresponde directamente con autoridades máximas del Parlamento, Adriana Muñoz –diputada del PPD y autora de la Ley sobre Acoso Sexual vigente en Chile- acusó que en el Congreso “hay una atmósfera y una cultura muy machista (…) parece que los funcionarios tienen una actitud bastante arbitraria y discriminatoria hacia las mujeres y que hoy sale a la luz pública con este hecho”.
La Ley de Acoso Sexual, promulgada por Ricardo Lagos en 2005, tardó 10 años en ser aprobada e integrada al Código del Trabajo. En el momento en que se tramitaba, un estudio de la Corporación Humanas encuestó a parlamentarios sobre sus argumentos a la hora de votar. Los resultados demostraron que la derecha era el sector menos proclive a legislar en torno a temas de género. La Unión Demócrata Independiente (UDI), por ejemplo, votó en su totalidad en contra.
A modo de ejemplo, la diputada María Angélica Cristi (UDI) dijo: “Cuando una mujer dice no con elástico, va a ser víctima de acoso. El no con elástico se manifiesta frente a una insinuación, a una invitación, diciendo: ‘Bueno, hoy no puedo porque debo llegar a mi casa temprano; hoy no puedo porque me duele la cabeza; hoy no puedo porque debo estudiar’, con lo cual, a lo mejor, deja abierta la posibilidad para otro día. En esas circunstancias, esa mujer ya dio el paso para que quien la acose tenga la posibilidad de volver a molestarla”.
Por su parte, el militante de Renovación Nacional (RN), René Manuel García, dijo en 2000, “aquí estamos estimando que tocar el hombro y dar un apretón a la secretaria cuando uno llega en la mañana es acoso sexual. Me siento feliz de saludar de esa manera a mi secretaria”.
En este sentido, acoso sexual se entiende como la práctica reiterada de diversas conductas de connotación sexual por parte de una persona –especialmente un “superior”- hacia otra que no lo desea. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), esto incluye desde chistes, piropos, a chantajes, asaltos y “tocamientos”.
De todos modos, no sólo en la sede del poder legislativo ocurren estas conductas. Si bien el hecho ha sido noticia por desarrollarse en el Congreso -uno de los símbolos del poder político nacional- lo cierto es que las denuncias de acoso sexual en ambiente laboral se dan en diferentes lugares, niveles y grados. En 2002, el Servicio Nacional de la Mujer (Sernam) publicó una investigación sobre la situación del abuso sexual en el trabajo, donde se reporta que el 63% de las personas, mujeres en su mayoría, opina que el acoso es un asunto que se vive con frecuencia.
Por Mijaíla Brkovic Leighton
El Ciudadano