Mónica Echeverría, escritora, profesora, actriz y dramaturga nos adelanta que su libro –prologado por el historiador Gabriel Salazar- “es muy fuerte».
Háganme callar, de la editorial Ceibo es una autobiografía que busca denunciar no sólo cosas que le pasaron en su vida íntima, como esposa de Fernando Castillo Velasco, arquitecto que fué rector de la Universidad Católica antes del golpe de estado, sino tambien lo que vió y sigue viendo; las «vueltas de carnero» de los grandes empresarios, a los que ella considera “conversos”: aquellos que arriaron las banderas de la rebeldía libertaria de su juventud, para luego enarbolar las del modelo neoliberal, abrazando la práctica del lobby y la negación de sus antiguas convicciones de izquierda
En el año sesenta y siete Mónica Echeverría presenció, en primera persona, como una generación se liberaba y luchaba por un cambio en las reformas educacionales, la Universidad Católica seguía bajo los ideales de una oligarquía interesada en grandes apellidos, en mantener el poder en unos pocos. «Los jóvenes de ese tiempo son los empresarios de hoy», nos dice Mónica, Enrique Correa, Eugenio Tironi, José Joaquín Brunner, Jaime Estévez, Max Marambio, los mismos que con la ayuda creativa de Miguel Angel Solar, en los años sesenta intervinieron la fachada de la sede de la Universidad Católica en calle Alameda con la conocida frase «El mercurio miente», son los mismo que hoy en día se rigen bajo la ideología que tanto rechazaban en esos tiempos, «se cambiaron de bando» repite Mónica, son ideólogos del neoliberalismo, son seguidores del empresario poderoso. Ahora se esconden bajo las rejas mecánicas de sus casas, tras los vidrios polarizados de sus autos.