Debido a la alta contaminación electromagnética a la que estamos expuestos día a día nuestro organismo puede presentar diferentes problemas de salud, por lo que deberíamos restringir su uso, por ejemplo, apagando el wifi cuando no lo usemos.
Las nuevas tecnologías han revolucionado el mundo y nos han ampliado las posibilidades de comunicación, trabajo, entretenimiento y casi cualquier cosa que podamos imaginar.
Entre esto, la conexión inalámbrica a internet se ha vuelto esencial, ya que es la que permite acceder a muchas otras herramientas de gran utilidad.
El wifi se volvió indispensable en los hogares, los sitios de trabajo, los establecimientos educativos y muchos otros espacios donde se invita a mantener la conectividad para aprovechar todas las oportunidades que brinda la web.
No obstante, hay algunas desventajas que muchos desconocen y que, incluso,pueden estar influyendo en el estado de salud.
Muchos expertos lo están catalogando como el “enemigo silencioso” y su principal argumento son los niveles de radiación que emite.
En este artículo queremos dar en detalle cuáles son sus peligros y qué se puede hacer para reducir al máximo el riesgo.
¿Cuáles son los peligros ocultos de la tecnología wifi?
A pesar de que se han divulgado muchos documentos sobre los peligros de la radiación que emiten los dispositivos móviles y demás aparatos, aún son muchos los que ignoran el tema o no toman plena consciencia de ello.
Si bien hace ya varias décadas que la tecnología llegó para quedarse, se necesita mucho más tiempo para comprender con exactitud la influencia que tiene en el organismo humano.
Hasta ahora se han hecho varias investigaciones científicas en las que se ha analizado el impacto de las ondas electromagnéticas sobre la actividad cerebral y los sistemas de cuerpo.
Al respecto hay pruebas que sugieren que está relacionada con la aparición de cáncer y otro tipo de enfermedades difíciles de tratar.
En un informe de acceso público conocido como Bioiniciative se resumen cerca de dos mil investigaciones internacionales que relacionan la exposición prolongada a las radiaciones electromagnéticas con ciertos tumores.
Además, podría ser una causa de episodios continuos de cefaleas, hiperactividad y mala calidad de sueño.
De hecho, quienes trabajan con este tipo de equipos tienen estrictas recomendaciones de seguridad cuyo fin es reducir los efectos negativos de la radiación sobre el cuerpo.
La preocupación crece por la exposición que tiene la población infantil, quienes son los más susceptibles a los daños porque están en pleno proceso de desarrollo.
Pensando en esto, países como Inglaterra, Francia y Suecia ya empezaron a retirar el wifi de escuelas, museos, bibliotecas y otros lugares públicos con el fin de regular el consumo de esta tecnología y buscar otros sistemas que permitan disfrutar de la web a través de conexiones eléctricas.
¿Qué medidas puedo tomar para reducir el impacto negativo del wifi?
Con el fin de reducir los impactos negativos de esta tecnología, existen varias medidas que se pueden tener en cuenta:
- Apaga el router durante la noche o cuando nadie esté utilizando la conectividad.
- Si el dispositivo se encuentra ubicado en la cocina o el dormitorio, trata de trasladarlo lo antes posible a otro lugar menos frecuentado.
- Pregunta por la instalación de red por cable, incluyendo la de telefonía. Aunque los teléfonos inalámbricos son más cómodos, su radiación también tiene efectos dañinos.
- Utiliza los dispositivos móviles y computadoras solo en determinado tiempo. Asimismo, evita tenerlos en tu habitación.
- Disfruta más tiempo al aire libre, realiza ejercicio y lee los impresos en papel en lugar de los digitales.
Hasta el momento no existe ningún ente o sistema de control permanente y fiable que les permita a los consumidores saber a los peligros que están expuestos por el nivel de radiación.
El agravante es que la contaminación electromagnética está creciendo a pasos agigantados en poco tiempo y no se sabe qué tan grandes serán sus niveles en algunos años.
En países como Japón y en Estados Unidos ya están tratando de desarrollar otro tipo de tecnología móvil que no implique el uso de ondas electromagéticas.
Se estima que han tenido que pasar unos 30 años para que por fin se decidiese alertar sobre los efectos que tienen estos aparatos en el cuerpo humano.
La sobreexposición a los mismos es algo que no se debe ignorar y, aunque parezca que poco se puede hacer, cada uno puede tomar sus propias medidas para disminuirla.
En conclusión, como consumidores de este tipo de tecnologías debemos ser más precavidos y responsables al momento de utilizarla.
A pesar de que con esta podemos realizar miles de cosas todos los días, no se debe olvidar que también acarrea varias consecuencias.
Fuente: MejorConSalud