Diego Arraño, vocero de la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (Aces), conversó con la Revista Final para su edición de mayo. El presidente del Centro del Alumnos del Internado Nacional Barros Arana analiza el momento que vive el movimiento estudiantil, las acciones que debe seguir y la actitud que ha tomado el Ejecutivo frente a sus demandas. «La derecha y el gobierno están fuera de la realidad de la educación pública, no les importa lo que sucede de Plaza Italia para abajo. Me avergüenza que existan políticos de todo el espectro y un gobierno que trabajan solo para los empresarios», critica Arraño.
Frente a una de sus principales demandas como secundarios, Arraño señala que «la desmunicipalización que plantea el gobierno no es la que nosotros queremos. Están montando una gran burocracia, con muchos funcionarios, pero no hay participación de la comunidad. Está hecha para quedar bien con un sector descontento, pero carece de legitimidad ante estudiantes, profesores, padres y apoderados”.
Consultado sobre las críticas que sostienen como movimiento al financiamiento de la educación, el dirigente plantea que “la Reforma mantiene intacto el concepto asistencialista en educación, propio de la política neoliberal, fundado en el gasto individual de cada estudiante sin considerar recursos para el financiamiento basal de los colegios». Para el vocero, cada liceo debiera tener un monto fijo de aporte para desarrollar su proyecto educativo, más allá de la cantidad de alumnos. «Hay establecimientos de regiones con cinco estudiantes por sala que por tener pocos alumnos, su financiamiento se encuentra muy precarizado».
Calidad y centralismo
Diego insiste en un tema respecto al cual el gobierno aún no ha dado respuesta -la calidad- y cómo ello afecta a quienes no habitan en el centro de las ciudades. «Los estudiantes que vivimos en comunas periféricas tenemos que hacer un gran esfuerzo para acceder a los llamados ‘liceos emblemáticos’. Muchos de mis compañeros deben levantarse a las cinco de la mañana y recorrer más de una hora en micro para recibir mejor educación. A muchos de nosotros nos gustaría estudiar en nuestras comunas, pero en ellas la educación pública es muy deficiente”, explica.
Un centralismo que se evidencia igualmente, según expone el vocero de la Aces, en la toma de decisiones respecto a la educación. «Es inconcebible que las decisiones estén concentradas en los sostenedores, que poseen muchos colegios pero que no conocen en profundidad la realidad de ninguno. Los dueños de colegios particulares subvencionados se llenan el bolsillo con plata del Estado, que en última instancia es plata de nosotros», señala el dirigente, y añade: «La educación debe ser realización sobre todo de profesores, funcionarios, estudiantes, rectores, padres y apoderados y también de la comunidad vecinal del colegio».
Frente a este escenario, Diego indica que «las comunidades escolares tenemos que apropiarnos de espacios». En ese sentido, considerando las conocidas diferencias que existen con la Coordinadora Nacional de Estudiantes Secundarios (Cones), señala que la Aces está dispuesta trabajar en un plan de acción común. “Nuestras luchas son contra un mismo enemigo, por eso no debemos pelear entre nosotros por asuntos banales. Es indispensable que los que estamos movilizados por cambios de fondo, actuemos juntos”. Sin importar dónde estén los colegios donde estudian hoy los secundarios, dice, «si son públicos o particulares subvencionados, los estudiantes tenemos los mismos problemas».