Fragmentos sobre el arte por Mark Rothko

«Yo veo mis cuadros como si fueran dramas: las formas son los protagonistas

Fragmentos sobre el arte por Mark Rothko

Autor: Florencia Astaburuaga

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«Yo veo mis cuadros como si fueran dramas: las formas son los protagonistas. Los cuadros nacieron de la necesidad de encontrar un grupo de actores capaces de evolucionar con soltura y de moverse sin dificultad».

«No se puede prever ni describir de antemano la acción ni los actores. Todo empieza como una aventura desconocida en un espacio desconocido. Sólo en el momento de acabar, en una lumbrarada de conciencia, se les reconoce la cantidad y la función previstas».

«Las formas, no van unidas a ninguna experiencia visible dada, pero se reconoce en ellas el principio y la vitalidad de los organismos»

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«La identidad familiar de las cosas tiene que pulverizarse de tal manera que destruya las asociaciones preestablecidas, con cuya ayuda nuestra sociedad entierra cada vez más todos los aspectos de lo que nos rodea. Sin monstruos y sin dioses el arte no puede representar nuestro drama: los momentos más intensos del arte expresan esa frustración. Cuando se abandonaron como supersticiones insostenibles, el arte se hundió en la melancolía. Como afecciona lo oscuro, ha envuelto su objetivo en sugestiones nostálgicas de un mundo a media luz. Para mí, las grandes realizaciones de los siglos en las que el artista se inspiró en lo verosímil y lo familiar, son los cuadros de la figura humana, sola, aislada en un momento de inmovilidad absoluta».

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«Pero la figura solitaria no podía hacer ni un solo ademán con los brazos que pudiera indicar su inquietud ante la muerte y su apetito insaciable por la experiencia de ubicuidad frente a esa realidad. Tampoco podía vencerse la soledad. Por coincidencia, varias soledades podían juntarse en las playas, en las calles y en los parques y formar así un «cuadro viviente» de la incomunicabilidad entre los hombres».

«Creo que el problema no está en ser abstracto o figurativo. Lo que hay que hacer es ponerle fin a ese silencio y a esa soledad, respirar y extender los brazos de nuevo»

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«Veo a mis cuadros como dramas; las formas son los protagonis­tas. Los cuadros nacen de la necesidad de encontrar un grupo de actores capaces de evolucionar con soltura y de moverse sin coacción».

«El cuadro debe de ser un milagro; en el momento en que se termina se rompe la intimidad entre la creación y el creador. Este último se convierte en un extranjero. Para él, como el futuro espectador, el cuadro tiene que ser una revelación, la satisfacción inesperada y sin precedentes de una necesidad familiar que ha sentido desde siempre».

«Los románticos sintieron el impulso de buscar temas exóticos y de viajar a lugares lejanos. No pudieron darse cuenta de que, si bien lo trascendental debe implicar a lo extraño y no-familiar, no todo lo extraño o no-familiar es trascendental».
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«Sin monstruos ni dioses, el arte no puede representar nuestro drama: los momentos más profundos del arte expresan esta frustración. Cuando fueron abandonados como supersticiones insostenibles, el arte se hundió en la melancolía. Se aficionó a la oscuridad y envolvió sus objetos en las intimaciones nostálgicas de un mundo a media luz. Para mí, los grandes logros de los siglos en los que el artista aceptó lo probable y familiar como sus temas fueron las pinturas de la figura humana individual -sola en un momento de completa inmovilidad».

«Pero la solitaria figura no puede alzar sus miembros en un solo gesto que pueda indicar su preocupación por el hecho de la mortalidad y un apetito insaciable por la experiencia ubicua de cara a este hecho. Tampoco la soledad puede ser vencida. (.) No creo que haya sido nunca una cuestión de ser abstracto o representacional. En realidad, es un problema de terminar con este silencio y esta soledad, de respirar y estirar los brazos nuevamente».

«Los cuadros deben ser milagrosos: en el instante en que se acaba un cuadro, termina la intimidad entre la creación y el creador. Éste es un extraño. El cuadro debe ser para él, y para cualquier otro que lo experimente posteriormente, una revelación, la resolución inesperada y sin precedentes de una necesidad eternamente familiar.»

 

 


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