La película que devela facebook

Desde el principio Mark Zuckerberg habla sin parar

La película que devela facebook

Autor: Sebastian Saá

Desde el principio Mark Zuckerberg habla sin parar. La cabeza le anda rápido, y las palabras también. La apertura es la puesta en abismo de la construcción completa del filme: Mark habla de corrido, los silencios casi no existen; las imágenes muestran un ritmo, los diálogos marcan el tono; el guión y la trama avanzan como un partido de pin-pon sin jugadores y donde la pelota no se pierde nunca. El relato no tiene protagonistas, las tomas (David Fincher), los diálogos (Aaron Sorkin), la música (Trent Reznor, Atticus Ross), los personajes (Jesse Einserberg, Andrew Garfield, Justin Timberlake), el tiempo, los flashbacks, son todas líneas paralelas, pero que a diferencia de las regatas, avanzan juntas, sin adelantarse nunca una de la otra. Ninguna quiere ganar, son todas, al mismo tiempo, causas y consecuencias. A medida que la historia avanza, y la idea creativa de la red social más grande del momento se devela, el público se suma como línea protagónica: nadie que sea expectador de esta película está excento, del modo que sea, del fenómeno Facebook, y, como persona individual y ente social, tiene que asumir con pudor su vulnerabilidad. Mark Zuckerberg es una mente brillante. Sabe reconocer e interpretar los eventos con varios pasos de adelanto. Si habla rápido es porque piensa rápido y sus pensamientos son todos precisos y acertados. Amplió una de las ideas creativas de un submundo estadounidense que, si bien es siempre mirado con recelo, identifica tristemente los mecanismos de la sociedad actual. Y en ese sentido, la película funciona del mismo modo que la red misma: como espejo. Porque nos pone a todos en pantalla, abiertos como ganado, pero la sobre exposición aludida no hace sino crecer más y más.

Por Bárbara Cáceres


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