La izquierda debe volver a enamorar

La izquierda de manera lenta se articula, se organiza

La izquierda debe volver a enamorar

Autor: Wari

La izquierda de manera lenta se articula, se organiza. Quiere continuar con los pasos que ya se han dado en los tiempos recientes y tiene razón, es indispensable estar siempre y en forma. No es posible insistir en un modelo en que miles de chilenos no pueden tener representantes en el Congreso, teóricamente ese sacrosanto recinto es el resumen de todos, sin embargo, hay miles de excluidos.

No puede ser aceptable que Chile sea uno de los países con la peor distribución del ingreso, no puede ser un país con futuro si su actual sistema educativo se mantiene en el oscurantismo, y sometido a las leyes del mercado, haciéndolo cada día más clasista y enajenante.

Muy poco fue el interés de los gobiernos de la Concertación por romper lo encadenado, lo amarrado dejado como herencia de la dictadura, consecuencia sin duda de concretos pactos o acuerdos que con el correr de los tiempos se muestran más evidentes. Los actores de esos años insisten en negarlo, pero la verdad los deja al desnudo y los encontramos en ese rincón donde la claridad la resuelven los hechos concretos, y que de haber pacto… sí lo hubo.

Ellos, los de la Concertación no les fue necesario cambiar el sistema, les era tan como anillo al dedo, ellos sabían que en algún momento sin hacer muchos esfuerzos tendrían que llamar para salvar la dignidad de la historia y de la memoria, bastaban cinco acuerdos en borrador para borrarlos luego con el codo, así en una segunda vuelta todos a salvarlos, a votar por el mal menor. La historia se repetía cada cuatro años, y la suma de cada uno de ellos es mala, quedan profundas deudas en la historia, heridas sin cerrar, criminales en libertad… un país con las manos arriba.

Chile no es un país desarrollado, es un país que no puede seguir regalando las riquezas básicas de esta manera al capital extranjero, Chile, millones de hombres y mujeres con las manos en alto y pegadas a la muralla, mientras por los puertos salen cargados los barcos con materia prima para generar millonarios beneficios en el extranjero, eso es un robo, un delito de Lesa Humanidad. No puede un país seguir con un modelo que se demuestra cada día que pasa, condenado a la basura de la historia.

Miles de millones de personas en el mundo al margen de la nada, sin tener nada, la miseria más absoluta. Se constata cómo el sistema y sus agentes, gobiernos de casi todas las calañas, banqueros y aseguradores, buscan por todos los medios de hacerlo que resucite. Las medidas de ajustes puestas en práctica en Europa demuestran que el valor de bien común ya es una frase aneja, y en el programa de la derecha es materia olvidada. Es verdad que la palabra Estado a la derecha y sus acólitos les provoca un malestar generalizado, y su enunciado hace que saque su vieja batería de discursos, esos de, que ya no son esos tiempos, que se necesita países libres y ágiles, claro, para que paguen la crisis los asalariados, la parte más baja de la pirámide, pero ante una crisis como la que se vive profundamente por estos tiempos, la derecha, los banqueros no dudan un segundo en obligar a que sean las grandes mayorías, las que paguen su avaricia y esos compulsivos deseos de más y más millones, y eso es acuerdo firmado por presidentes.

La izquierda tiene en sus manos una gran verdad del tamaño de una montaña, tiene todos los motivos para construir propuestas y que estas se hagan parte de los millones de chilenos que se sienten pobres, excluidos, marginados, conculcados en sus derechos. La izquierda tiene que levantar como indispensable la alternativa para ser feliz, y eso se resume en un Proyecto Nacional, donde tengan espacio todas las voluntades que están por ser los constructores de una tarea a medio terminar, inconclusa, que nos dejó la historia para terminarla en algún momento.

En la reconstrucción de la izquierda tienen que estar presente las nuevas generaciones, esa nueva fuerza que debe ser la que sostenga el pensamiento democrático, la sociedad justa y solidaria. Los antisistema, los libertarios, los libres pensadores, los que rescatan del pensamiento y la acción de los grandes líderes, los que sostienen que hay que aprender de los nuevos procesos triunfantes en América Latina, todos son indispensables en este recorrido… de la izquierda.

El proceso de reconstrucción de la izquierda no puede estar condicionado a los intereses de un solo partido, de una sola fuerza, por mayoritaria que sea, por mucha historia que tenga, por largo que sea su recorrido en la historia, por muchos motivos que se den para justificar su pequeña presencia en el Congreso. La izquierda chilena debe avanzar y reconstruirse para desbordar el sistema, debe ser capaz de hacer un hoyo en el muro heredado de la dictadura y sostenido por los que administraron el modelo durante veinte años. Nada más valedero que la unidad frente a la imperiosa necesidad de una NUEVA CONSTITUCION, allí se encuentra el inicio de las ideas, la primera letra mayúscula del programa democrático, que el país necesita.

Chile tiene tareas urgentes. Chile debe volver a reconstruirse como un país democrático. Chile antes que nada debe respetar a sus pueblos indígenas, una generación de hombres que son nuestro pasado no puede hacerse escuchar en un sacrificio tan largo que perfectamente el actual gobierno lo puede postergar. Y para darles una respuesta digna, basta decir que cuando llegaron los españoles ellos ya estaban.

Todos los intentos de reestructuración que hace la izquierda son necesarios, eso posibilitará llegar en buena forma para las próximas confrontaciones, que no es otra cosa que sumar conciencias y voluntades. La izquierda debe prepararse en cada zona para estar siempre presente en todas las elecciones. Esta izquierda es la que debe aprender de las parlamentarias anteriores, debe asumirse como un error el haber dejado regiones enteras sin una propuesta, sin una palabra que recorra las calles de los cientos de pueblos donde siempre se debe estar. Allende nunca dejó de recorrer Chile, pero es verdad también que jamás salió a prometer, salió a pedir una oportunidad para demostrar capacidad de la izquierda… y así no más fue…

Por Pablo Varas


Reels

Ver Más »
Busca en El Ciudadano