Fasa pudo más gracias a “colusión empresarial, mediática y política”

Luego de 32 días de huelga legal, los trabajadores de Farmacias Ahumada (Fasa) finalmente depusieron su movimiento

Fasa pudo más gracias a “colusión empresarial, mediática y política”

Autor: Sebastian Saá

Luego de 32 días de huelga legal, los trabajadores de Farmacias Ahumada (Fasa) finalmente depusieron su movimiento. Sólo consiguieron igualar el sueldo base de 32 mil pesos -y menos en regiones- al salario mínimo, que hoy alcanza los 172 mil pesos. La empresa les ofreció un “crédito blando” a 24 meses, pues tampoco accedió a otorgarles bono de término de conflicto, lo que significa en buen chileno que no tendrán sueldo por el mes en huelga.

Además, verán disminuir sus comisiones por ventas. “Fasa pudo más”, dicen los trabajadores, bastante desilusionados e impotentes, pues el poder de las grandes empresas pareciera no tener límite.

“Prácticamente sólo conseguimos quedar con el sueldo mínimo que establece la ley, que era uno de nuestros puntos aunque no el más importante. La comisión por ventas será desde los 120 mil pesos para arriba en promedio. Lo vamos a pagar nosotros pues no regularon como queríamos “, dice Fidel Leiva, secretario del Sindicato Nº1, bastante desilusionado. El dirigente afirma que Fasa “no accedió a pagar la gratificación legal”. Se negó absolutamente otorgarles la gratificación garantizada, a pesar de millonarias utilidades que ha conseguido en los últimos años y que la hacen empinarse entre los principales consorcios de Latinoamérica. “La gratificación era la principal demanda. Tampoco accedieron a igualar beneficios, solamente algunos bonos puntuales. La inequidad dentro de Farmacias Ahumada se mantiene”, agrega Leiva.

A pesar de la impotencia y desilusión, muchos valoran la unidad que se alcanzó, y el respaldo que consiguieron en otros sindicatos en conflicto y organizaciones sociales; también, el irrestricto apoyo de los medios de comunicación independientes, y de “la gente de a pié”. “Nos vimos prácticamente obligados a bajar la huelga pues no teníamos recursos para mantenerla, las ganas estaban, pero Fasa pudo más. Apostó por dilatar la negociación lo más que pudo, para cansarnos. Pero la lucha va a seguir, ahora por medio de los parlamentarios para que se cambie la ley”, agrega. La inmensa mayoría de los trabajadores no quedó conforme con el acuerdo, aunque la asamblea accedió a firmarlo.

SABOR AMARGO

El lunes 8 de noviembre volvieron a sus labores “con un sabor amargo”. Mauricio Acevedo, presidente de la Federación de Trabajadores de Farmacias, dice: “Se terminó la huelga, pero quedó un sentimiento de pesar. Lamentablemente, primó la irresponsabilidad y el poder económico. Farmacias Ahumada dejó de vender unos mil millones de pesos, pero lo que obtuvieron los trabajadores fue poco y nada. Si bien existió un alza en el sueldo base, es dinero de los propios trabajadores, pues bajan las comisiones. En el caso de las gratificaciones -34 mil pesos- que se solicitaban, no dieron nada. La igualdad de sueldos ante una misma labor también seguirá pendiente”. Las vendedoras y vendedores de Fasa están desilusionados, muy descontentos e impotentes frente al poder del empresariado, y ante lo que califican como “colusión empresarial, mediática y política”.

El 3 de noviembre, cuando cumplían un mes en huelga, convocaron una multitudinaria marcha. Contaron con la colaboración y el apoyo de la CUT, y realizaron la protesta en conjunto con trabajadores en conflicto, como el Sindicato de Transaraucaria, y el Sindicato del Casino Monticello, de Rancagua, en sus respectivas huelgas hace meses.

“Se trató de una manifestación absolutamente pacífica y exitosa, que demostró el alto grado de solidaridad que se está tejiendo entre las organizaciones de trabajadores, reuniéndose más de 1.500 personas. Se llamó la atención sobre la desventajosa situación de los trabajadores de nuestra empresa y de tantas otras, para quienes la legislación laboral se ha quedado corta: es el caso de la gratificación, la ley 20.281 sobre sueldo base igual al ingreso mínimo, y el derecho a huelga. También se hizo un llamado a que las autoridades dieran un apoyo real y concreto para la resolución de este conflicto.

En empresas transnacionales como éstas, donde hay jugosas utilidades, no es posible que a los trabajadores no les den gratificación. Este es el gran problema del retail”, dice Imarú Martínez, presidenta del Sindicato Nº1. “La respuesta y adhesión de los trabajadores fue muy buena, al igual que el apoyo de otros sindicatos y organizaciones sociales. Cuando marchamos desde Plaza Italia hasta Los Héroes, reunimos a miles. Ahí se vio que debemos estar unidos y luchar por todas nuestras demandas”, agrega Fidel Leiva.

Mientras los dirigentes negociaban, las vendedoras y vendedores, durante todos los días que duró el movimiento, permanecieron en las afueras de los locales, solicitando a los transeúntes que no ingresaran a comprar. “Nos fue bastante bien. Las personas que pasaron por fuera de los locales nos preguntaban por nuestra situación, se indignaban y nos colaboraron”, dice una vendedora del local de calle Estado. “La empresa apostó a cansarnos, al descuelgue de algunos compañeros, por eso dilataron lo más que pudieron la negociación. Lo que pedíamos era lo que nos corresponde, lo justo”, agrega otra.

“Hizo falta más voluntad de la empresa para poder negociar”, dice Imarú Martínez. “Fasa reiteró sus ‘ofrecimientos’ que ya estaban sobre la mesa: la última oferta legal y la oferta de buenos oficios, que fue precisamente lo que nos llevó a decidir la huelga… Lo único nuevo que incorporaron, como gran ‘favor’, es un ‘crédito blando’ para distribuir el descuento de los días no trabajados. Es una burla. Consideramos insuficientes las propuestas de la empresa. Ni siquiera ofrecieron un bono por término de conflicto. Nada”, dice Fidel Leiva.

Fidel lleva más de trece años trabajando en Farmacias Ahumada como vendedor multifunción, gana menos de 300 mil pesos mensuales. Indica que las otras cadenas farmacéuticas que tuvieron sueldos base de 20 mil ó 30 mil pesos, regularizaron su situación el 2008. “Se regularizaron como la ley lo indicó. Lo que pasó es que Farmacias Ahumada se acogía a un dictamen de la Dirección del Trabajo (DT), y sacaba del variable el ajuste del sueldo base. Legal o no, no está basado en el espíritu de la ley”, dice.

“Farmacias Ahumada no cedió. Cuando la DT los citó, no se llegó a nada, incluso no asistieron. Por nuestra parte siempre tuvimos las mejores intenciones de llegar a un acuerdo, pero la empresa no tuvo voluntad”, dice Imarú Martínez. “Fue muy poco lo que se obtuvo y quedamos con un sabor amargo, aunque se inicia una nueva etapa en nuestro sindicato”, agrega Fidel Leiva. Durante las últimas asambleas y en los mítines, los huelguistas recibieron el aliento de dirigentes sindicales como Cristián Cuevas, de la Confederación de Trabajadores subcontratados del Cobre, y directivo nacional de la CUT, y de Luis Mesina, dirigente de la Confederación Bancaria, entre otros.

“Lo que buscamos siempre es que se cumplieran las leyes laborales, en especial que se nos gratificara en función de las cuantiosas ganancias que tiene Fasa”, dice Leiva. Agrega que lamentan que la farmacéutica niegue a sus trabajadores la posibilidad de un acuerdo favorable, considerando que se trata de una exitosa transnacional: “Sólo exigíamos un poco de justicia en materia laboral y seguiremos luchando, ya sea en la próxima negociación como por la vía legislativa”, concluye.

Por Arnaldo Pérez Guerra

El Ciudadano


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