El pasado 18 de abril, el músico Andrés Catalán -integrante de la banda tributo a Pink Floyd, Prisma- fue sentenciado a 15 días de reclusión nocturna, tras no cancelar una multa de $172.900 que le había impuesto el Segundo Juzgado de Policía Local de Valparaíso. ¿El motivo? Pegar en el sector Bellavista en Valparaíso cuatro afiches de un concierto de Jesucristo Superstar en el que tocaría y del cual estaba haciendo su producción.
Quince días después de dicha resolución se despachó una orden de arresto y allanamiento del hogar de Andrés. Este domingo 22 de mayo llegó Carabineros a su casa. El músico no se encontraba. A través de su mujer se le apercibió para que al día siguiente, a primera hora, se dirigiera al tribunal a solucionar su problema. Así lo hizo y finalmente debió desembolsar los $173 mil de la multa.
«Los músicos de este país hemos usado el afiche por mucho tiempo para promocionar nuestros shows, y si bien es una acción que ensucia las calles, no es una falta grave que amerite algún tipo de medida cautelar. Me parece un descriterio que después de pegar cuatro afiches en la vía pública me sea impuesta una multa tan alta de $170.000», señala Andrés Catalán, quien agrega que tampoco le fue permitido acceder a alguna salida alternativa, como trabajo comunitario. «Yo pedí que se conmutara no solo por trabajos musicales, sino que barrer la calle o incluso limpiar las paredes de afiches, pero el juez me rechazó la apelación», indica Andrés.
De «juez de hierro» a formalizado
Quien emitió estas duras resoluciones es Aníbal Rey Ríos, quien pasó de ser conocido como «el juez de hierro de Valparaíso» al magistrado que fue formalizado el pasado lunes 8 de febrero por cuasidelito de homicidio, lesiones graves y por darse a la fuga luego de atropellar a una mujer en Viña del Mar el 4 de octubre de 2015. Es decir, no le prestó auxilio.
«Queremos que se haga justicia, que se le condene como cualquier mortal», declaró a la prensa Johanna Lagos, hija de la víctima. «Ella viajaba para ver a su madre, hacía sus artesanías, las vendía, hoy día no hace nada, está postrada en la cama. Apenas puede llegar al baño con muletas, con mucha ayuda, y no puede hacer nada, no puede pisar, no están sellados los huesos», detalló la mujer tras el atropello.
En entrevista con CHV el juez Aníbal Rey reconoció que él iba al volante del vehículo que impactó a Elena Zaval en el sector de Agua Santa, quien resultó con tres fracturas en su pierna. Sin embargo, dijo que en el momento del atropello “no me di cuenta de absolutamente nada”. El juez había sido acusado también de haber sacado un arma y apuntar a quienes lo encararon ese día, frente a lo que argumentó que «se bajaron dos sujetos de un automóvil y pensé que me iban a asaltar».
Por Daniel Labbé Yáñez