Una veintena de estudiantes de primer y segundo año de la carrera de Trabajo Social de la Universidad San Sebastián, sede Santiago, está iniciando un arduo trabajo junto a vecinos del cerro Renca y la Corporación Cultiva, a través del proyecto “Fortaleciendo la cohesión social y el sentido comunitario en barrios vulnerables de Santiago”, liderado por el académico Guillermo Sanhueza.
“Para nosotros, lo interesante es el proceso comunitario que se va a ir gestando. Haremos diagnósticos con los vecinos, puerta a puerta y capacitación a monitores; concientizando a la comunidad sobre los incendios y cómo prevenirlos y la importancia de la reforestación, entre otras acciones”, detalla Sanhueza.
En este sentido, la Universidad San Sebastián está entregando un servicio adicional al trabajo que realiza con gran éxito la Corporación Cultiva en diversas comunidades, desde hace años. “Nos están ayudando a hacer un diagnóstico de la percepción que tiene la población que vive en las cercanías del cerro sobre la reforestación que se está desarrollando, y sobre el conocimiento que tienen (o no) de las causas de incendios forestales que se producen allí, así como de la valoración que le otorgan a las áreas verdes”, explica Alejandra Millán, coordinadora de Cultiva.
Este aporte significa una campaña de concientización en la población sobre acciones para prevenir los incendios, como relevar la importancia de no botar o quemar basura y advertir del peligro que representan las fogatas en el lugar. Además, se está realizando un proyecto de la reforestación en conjunto con estudiantes de los colegios de Renca, comuna donde ya cuentan con 30 hectáreas replantadas.
Con esto se espera que la comunidad fortalezca su tejido y cohesión social para que existan menos probabilidades de delincuencia y tráfico de drogas; que haya más control social informal y se genere un ambiente de mayor desarrollo humano, entre otros beneficios.
Plantar vida, comunidad y conocimiento
En las actividades diarias, esta intervención “tiene componentes académicos, de acción social, de convocatoria y relación con la comunidad, aplicando herramientas de investigación social para resolver o diseñar estrategias de intervención. Y esto, como insumo, influye en la toma de decisiones del día a día de trabajador social”, describe el académico. Así, los estudiantes aplican en terreno lo que no se aprende en los libros y que ejercerán durante su vida profesional.
Las actividades se extenderán durante todo el primer semestre, unas cuatro horas semanales, con proyecciones de que se replique a través de las distintas generaciones de la carrera.
Marcela Díaz, vecina de Renca y miembro del consejo de medioambiente APU Renca –que buscan constituir como asociación cultural–, agradece el apoyo de la Universidad San Sebastián, tanto como de la Corporación Cultiva. “Siempre se necesita de profesionales que nos ayuden a la construcción de programas que nos permitan empoderarnos de nuestro espacio. Por eso, como comunidad, estamos agradecidos por el apoyo”, dice.
“Uno vive en la comuna y hay un vínculo de apego ancestral con el cerro, existe la necesidad de protegerlo, de que constantemente esté siendo reforestado. Para muchos de nosotros, el cerro es como el patio de la casa”, agrega la renquina.
Al respecto, la estudiante Juanita Vásquez, asegura que su motivación está en “participar con la comunidad, ya que hoy no en todos los sectores se cuenta con áreas verdes. Creo que es muy importante para el desarrollo de los niños, por ejemplo. Lo que nos motiva es ir a ayudar y cambiar un poquito la realidad de las personas”.
Por su parte, Paloma Méndez, de segundo año de la carrera, tiene como parte de sus expectativas el “obtener la experiencia del trabajo en terreno, ya que es súper positivo que la Universidad y la Escuela nos apoyen desde los primeros años a realizar este tipo de actividades, entregándonos una educación teórica y práctica, haciendo más dinámico el aprendizaje y formándonos mejor como profesionales”.