Investigadores alemanes crean sistema para que robots sientan «dolor»

Imagen referencial. LEON NEAL/AFP/Getty Images

Investigadores alemanes están «enseñando» a los robots a sentir dolor.

Johannes Kuehn y Sami Haddadin, de la Universidad de Leibniz, en Hannover, Alemania, están trabajando intensamente en crear un sistema equivalente al nervioso artificial que podría usarse para que los robots experimenten sensaciones de dolor, informa The Independent.

La idea es permitir que las máquinas sean capaces de percibir y reaccionar ante amenazas externas. Por ejemplo, si el brazo de un robot quedara atrapado en alguna máquina, la sensación de «dolor» le permitiría percibir el daño y retirar el brazo «instintivamente«. Este es el básicamente el mecanismo que a los humanos nos permite protegernos de amenazas que pueden dañar nuestra integridad física.

Como explica Johannes Kuehn, uno de los investigadores del proyecto, a IEEE Spectrum: «El dolor es un mecanismo que nos protege. Cuando evadimos una fuente de dolor, evitamos salir heridos». Esto también puede aplicarse a los robots, aún cuando estos no sientan dolor en la misma forma en que los humanos.

Aunque el proyecto está diseñado para proteger a los robots de averiarse y economizar gastos, también podría ayudar a mantener a salvo la seguridad de los humanos que trabajan con ellos.

En el futuro, es posible que un creciente número de robots esté trabajando mano a mano con equipos humanos y al «enseñarles a evitar el dolor» asociado a accidentes, se podrían disminuir las probabilidades de que un trabajador humano también resulte afectado.

En las pruebas, los investigadores equiparon el brazo de un robot con pequeños sensores en la punta de los dedos, cubiertos de tejido artificial que imita la estructura de la piel humana.

El sensor transmite «sensación de dolor» al detectar fuerte presión o altas temperaturas, y puede clasificar los diferentes estímulos en las categorías ‘bajo’, ‘medio’ o ‘fuerte’. Si se aprieta o presiona el sensor, el brazo mecánico reacciona alejándose, tal como lo haría un humano al aplicar mucha presión o calor en la punta de sus dedos.

Traducción CCV El Ciudadano