Fui parte constituyente de la primera convocatoria del Movimiento por la Asamblea Constituyente. Sigo trabajando ampliamente por esta necesidad e iniciativa impostergable. Sin embargo, debo señalar que nunca más fuimos convocados por los amigos que se presentan como dirigentes de un Movimiento que debe ser de todos y cuya amplitud y convocatoria se ha visto reducida, en mi opinión, por viejas prácticas que terminan debilitando y restringiendo un movimiento y accionar indispensable que debería ser unitariamente asumido por millones de ciudadanos concitando una contundente y plural confluencia, la que debe reflejarse en su convocatoria y articulación.
Como Director Ejecutivo de la campaña presidencial de la izquierda con Jorge Arrate, me siento orgulloso de haber participado activamente en la única opción presidencial que aun enfrentando muchas limitaciones y con recursos extremadamente modestos y completamente en solitario planteó de manera permanente y sistemática en su programa, en su propaganda, en la Franja de TV y en todo momento, la opción y necesidad de una Asamblea Constituyente para Chile.
Mientras el candidato Frei señalaba que compartía «la idea de una nueva constitución pero no mediante una Asamblea Constituyente» y Marco Enríquez Ominami, señalaba que a «una Asamblea Constituyente se sabía cómo se entraba pero no cómo se salía», abandonando así una posición a favor de una Asamblea Constituyente en el inicio de su campaña. Sin embargo, Arrate insistió hasta el final en todas las instancias y en los pocos medios que no lo silenciaron sobre la necesidad de una Asamblea Constituyente para dotarse de una nueva Constitución.
Culminada la primera vuelta electoral, fuimos claros al señalarle a los personeros del Comando de Frei y de la Concertación, que para nosotros era indispensable dejar consignado en la carta en que ellos finalmente nos dirigieron poniendo en blanco y negro los puntos de coincidencia que podíamos tener en materia de cambio constitucional (en contraposición con la Alianza Piñerista) que nosotros como izquierda -a la diferencia de ellos- estábamos (y seguimos estando) por una Asamblea Constituyente para reemplazar la actual Constitución neoliberal que hoy lleva la firma del ex Presidente Ricardo Lagos.
Hoy desde el Partido del Socialismo Allendista y desde la izquierda en busca de su unidad y confluencia, hemos colocado en el centro de nuestra articulación, organización y accionar político el trabajar y movilizarnos unitaria y prioritariamente por abrirle paso a una Asamblea Constituyente para un nueva Constitución, iniciando así un cambio de rumbo real para Chile.
Por todo aquello, lamento las viejas prácticas políticas que en vez de ampliar reducen, que en vez de compartir iniciativas las restringen, que en vez de sumar con sus pequeñas lógicas muchas veces paralizan y desaniman. Para que avance el proceso es necesario ampliar, sumar y reconocer que nadie es dueño de una demanda ni mucho menos de un movimiento y que es necesario ser francos y unitarios si se quiere corregir las viejas prácticas sectarias para impulsar una gran movilización popular y ciudadana y hacer avanzar la lucha por una Asamblea Constituyente, logrando que esta movilización se transforme en una acción y demanda real de millones de chilenas y chilenos.
Por Esteban Silva
Título original
IMPULSAR UN MOVIMIENTO REALMENTE AMPLIO, PLURAL E INCLUYENTE POR UNA ASAMBLEA CONSTITUYENTE PARA UNA NUEVA CONSTITUCION EN CHILE
Esteban Silva Cuadra