Una mujer judía israelí, que afirmó haber sido violada por dos palestinos en Tel Aviv, ha dicho a la policía que ella mintió sobre las acusaciones.
La arrepentida mujer, de 22 años, dijo que estaba en una relación consensual con uno de los palestinos, el que es un menor de edad. Razón por la cual su familia fabricó las acusaciones de violación para poner fin a su relación.
En un comunicado oficial, la policía dijo que después de 15 días de investigación del caso no se ha encontrado ninguna evidencia para apoyar las acusaciones de violación.
La policía informó que ha pedido al tribunal liberar a los dos sospechosos bajo condiciones restringidas. Ellos serán obligados a pagar la fianza, se mantendrán alejados de Tel Aviv y evitaran el contacto con el acusador. Se espera que el menor sea acusado de estar en Israel ilegalmente.
Los dos palestinos, residentes de la zona de Naplusa, que fueron detenidos el pasado miércoles supuestamente habían emitido dichos racistas durante la supuesta violación. También, se presumía, que la maldijeron y orinaron a la vez que abusaron de ella. Una tercera persona que fue acusada de estar involucrada en el caso nunca fue detenida.
Sin embargo e inesperadamente, la mujer cambió su declaración durante una audiencia en la corte este lunes. La policía inicialmente decidió no liberar a los menores, tratando de asegurarse que ella no retirara su testimonio porque tenía miedo o estuviera agotada por el interrogatorio.
El caso causó controversia durante la semana pasada porque la policía se esforzaba por determinar si el supuesto ataque fue por motivos políticos.
La noche del jueves pasado, el primer ministro, Benjamin Netanyahu, complicó las cosas con un mensaje de Facebook en relación con el incidente: «Este fue un crimen horrible que requiere una condena, pero esa condena no ha sido escuchada».
«Uno sólo puede imaginar lo que habría ocurrido si la situación fuera a la inversa», escribió Netanyahu, dando a entender que si los agresores acusados fueran judíos y la víctima árabe, la reacción habría sido una de mayor ultraje.
A la mañana siguiente, sin embargo, el primer ministro tuvo que desdecirse: «El incidente reportado como me causó profunda conmoción y dolor. Sin embargo, no fue adecuado de mi parte abordar el tema hasta que la investigación se hubiese completado».