«Las autoridades sanitarias advierten que comer azúcar refinado perjudica seriamente la salud».
Hoy por hoy el azúcar es uno de los alimentos más consumidos en todo el mundo y con más presencia en nuestra dieta, y es que prácticamente todo lo que ingerimos contiene azúcar, da igual que hablemos de una lata de guisantes, una lasaña precocinada, tomate en conserva, galletas, o refrescos… por eso es importante que conozcamos el riesgo que corremos con este hábito o adicción que nos satura el organismo y es responsable de muchos problemas de salud en los países “desarrollados”.
UN POCO DE HISTORIA
Muchos historiadores afirman que el azúcar es el producto que más ha influido en el rumbo de la historia, desde la Polinesia hasta Europa donde por ejemplo durante la Edad Media el azúcar era tan caro como el oro y se levantaron imperios y reinados gracias a los impuestos generados del comercio del azúcar.
La conquista del Nuevo Mundo abrió las puertas al comercio de azúcar y a una larga historia que pasa de la esclavitud, el ron, la extorsión y el monopolio, a los cultivos de remolacha, la invención de la olla a presión para conseguir el azúcar “refinado” (tal y como hoy lo conocemos), y en parte gracias a esto, la abolición de la esclavitud. El azúcar refinado sustituyó al de caña y a la miel, y empezaron nuevos problemas… problemas de salud.
La tortuosa historia del azúcar llega hasta nuestros días, ya que numerosos artículos, de numerosas organizaciones, universidades y clínicas nos advierten de los peligros del consumo de azúcar blanco refinado, así como de sus sustitutos químicos artificiales (edulcorantes).
Algunos de los estudios más destacados que alertan de los problemas de salud que provoca el azúcar provienen de los autores Doctor Robert Boesler (1912), Doctor Frederick Banting, descubridor de la insulina (1929), William Dufty, autor de Sugar Blues, Centro Macrobiotico Maldonado, Doctora Hulda Clark, Kendra Degen Pearsall (Nelson Books, 2006), Bruker, M. O., autor de: ¡Azúcar azúcar!, la OMS, Organización Mundial de la Salud, varios artículos sobre los peligros del consumo excesivo del azúcar, las bebidas azucaradas, el azúcar en relación con los infartos de miocardio, el cáncer, la diabetes, la hipertensión…
¿QUÉ ES EL AZÚCAR?
El azúcar se obtiene de la caña de azúcar y de la remolacha azucarera, y la variedad más consumida es el azúcar blanco refinado, la más perjudicial. Los procesos químicos que sufren la caña o la remolacha, eliminan todos los nutrientes de esos alimentos, es decir, eliminan toda la fibra y las proteínas y dejan solo la sacarosa.
Por eso podemos afirmar que el azúcar es sacarosa, y nada más. No aporta otros nutrientes, ni vitaminas, ni minerales… solo aporta sacarosa. La sacarosa es un disacárido, un carbohidrato que a su vez aporta energía al organismo. Y este es uno de los problemas, el azúcar aporta mucha energía en forma de calorías, que no consumimos habitualmente, y se acumulan en forma de grasa.
Los carbohidratos son necesarios para nuestro organismo, ya que efectivamente necesitamos un aporte calórico y energético diario, pero tanto las proteínas como las grasas también aportan energía, por lo que realmente no necesitamos consumir tanta azúcar como consumimos, es más, podríamos prescindir de este alimento concreto en nuestra dieta.
Es decir, cuando consumimos fruta, miel, cereales, pasta… también obtenemos energía, azúcares, pero acompañados de otros nutrientes por lo que la proporción de sacarosa no es tan pura como en el caso del azúcar, y por lo tanto, su absorción es más lenta por lo que no es tan perjudicial y desde luego aporta mucho más a nuestro organismo.
¿CÓMO «ESTROPEA» NUESTRO ORGANISMO?
Estudios, como el de la Doctora Cynthia Kenyon (Universidad de California) han demostrado que el consumo excesivo de azúcar puede acortar la vida de un ser humano un 20%, y es que el azúcar es un carbohidrato de absorción rápida, lo que quiere decir que rápidamente aumenta considerablemente nuestros niveles de insulina en sangre.
La insulina es segregada por el páncreas cuando los niveles de glucosa en la sangre son elevados, y gracias a esta labor del páncreas no sufrimos una hiperglucemia, que podría llevarnos al coma, e incluso a la muerte rápidamente.
Por eso una persona diabética necesita aportes de insulina “extra” porque su cuerpo no la segrega naturalmente.
Por lo tanto, cuanto más azúcar ingerimos, más haremos trabajar a nuestro hígado y páncreas, que aumentarán la cantidad de insulina en sangre para metabolizar el azúcar. Cuando sometemos a nuestro cuerpo a continuos aumentos de insulina (debido a nuestra dieta demasiado alta en azúcar), estamos contribuyendo al desgaste celular.
Este aumento rápido de insulina en la sangre suele derivar en problemas de salud tan comunes en occidente y en países desarrollados, es decir, hipertensión, sobrepeso, obesidad, algunos tipos de diabetes, arterosclerosis, enfermedades degenerativas, envejecimiento prematuro, enfermedad de Crohn, hiperactividad en niños, cálculos biliares, disfunciones en el hígado o páncreas, etc…
EL PROBLEMA DE ADICCIÓN Y EL CÍRCULO VICIOSO
Como decíamos, cuando nuestro organismo tiene altos niveles de azúcar, nuestro cuerpo segrega insulina para procesar ese azúcar, el problema viene cuando nuestro cuerpo tiene elevados niveles de insulina, ya que para contrarrestar estos niveles de insulina, también necesita azúcar; es decir, cuanta más azúcar consumimos, más azúcar nos pedirá el cuerpo, y de ahí una de las causas de la adicción al azúcar.
Por otro lado muchos estudios califican el azúcar como droga, ya que por un lado genera adicción, y por otro el azúcar aumenta el nivel de sustancias químicas en el cerebro que producen un placer inmediato, al igual que lo hacen muchas drogas ilegales, pero a diferencia de estas, el azúcar se encuentra en casi todo lo que ingerimos (en occidente sobre todo), y lo tenemos al alcance de nuestra mano prácticamente desde que nacemos.
Es decir, debemos procurar por todos los medios reducir nuestro consumo de azúcar. Los edulcorantes químicos artificiales tampoco suponen una buena alternativa, por lo que desde elherbolario.com os recomendamos que simplemente intentéis reducir la dosis de azúcar en vuestra dieta, y utilicéis sustitutos naturales, como la miel, el azúcar de caña no refinado, la fruta, y sobre todo, la Estevia, una planta que endulza naturalmente, sin elevar nuestros niveles de glucosa en sangre.
Fuente: www.elherbolario.com