Slab City es un lugar diferente dentro de los Estados Unidos. Mas bien, es un lugar especial en general, algo así como una «tierra de nadie», pero que a la vez sí es habitada. No tiene límites claros, ni leyes, ni arquitectura o una planificación urbana. No hay políticos, ni organización, ni grandes garantías, pero sí tiene un lema: «vive y deja vivir«.
Es un territorio (más que una ciudad o pueblo) que se ubica en el estado de California, en el que viven principalmente aquellos que están cansados de seguir las normas y leyes de la sociedad: un grupo de vagabundos, drogadictos, retirados y bebedores que encontraron aquí un lugar donde están tranquilos.
En VICE fueron a conocer esta «tierra» para ver cómo viven en primera persona. Hay muchos prejuicios sobre quienes viven en Slab City, pero la verdad se trata de una comunidad que quiere vivir sin que nadie les moleste, haciendo lo que gusten.
La siguiente entrevista retrata su realidad:
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El medio intentó entrevistar a varios de los habitantes del lugar, para que comentaran qué los motivó a mudarse aquí, y cuál era su rutina, además de la perspectiva que tienen de esta «población libre» de la que son parte.
Ernie, uno de los entrevistados, tenía un interesante medio de transporte: un monopatín con motor y un cooler donde meter sus cervezas. Estas son la gran adicción del hombre, quien lució una colección de latas en su hogar:
“Las personas han vivido gratis aquí desde fines de los 40′. A comienzos de los 90′ el lugar era como un enorme mercado de las pulgas”, comentó, dando un poco de la historia de Slab City.
Hay muchos problemas ambientales y de terrenos en el territorio que forma parte de Slab City, por lo que tanto California como el gobierno del país se han desligado de esta región. Esto ha abierto el paso para que quienes quieren vivir lejos de la convencionalidad de la sociedad actual, puedan hacerlo.
Aunque en un inicio, se trató de un espacio de retiro para la comunidad de profesores del Estado, hoy tiene un propósito muy distinto.
Es una «tierra de nadie» y alejada de la mano de Dios. Pero no por eso es detestable. Hay quienes lo ven como algo malo venirse a vivir acá. Hay algunas personas con adicciones, o simplemente uno que otro hippie. También ha sido una buena opción para personas con desórdenes psicológicos o algo incomprendidos que no quieren tener que responder a aquellos que no los entienden.
En Slab City, cada uno vive su mundo. Mientras haya amabilidad y respeto, todo sigue funcionando de manera natural.
¿Vendrías a pasar un tiempo aquí, en el «medio de la nada»?