Con distintas facetas en su carrera pero siempre manteniendo una percepción única y extremadamente propia,Björk es una artista que nos ha acompañado en los momentos más introspectivos y contrastantes de nuestra vida. Su trabajo, ya sea en los terrenos de lo sonoro o la interdisciplinariedad de un museo, se traduce en una conexión incomparable con la naturaleza, el carácter introspectivo del humano y la necesidad de estallar ante un mundo mayoritariamente sordo. Si recordamos el impacto de su carrera musical a principios de la década de los 90 y cómo éste se debió en gran parte al acompañamiento visual de sus tracks, podemos ubicar distintas épocas de revolución estética en las que la islandesa tuvo responsabilidad y cambió nuestra manera de ver la realidad.
Sobre todo aquellos que promovieron cruces entre el entretenimiento de masas, la música de culto, la perspectiva artística y la alta costura en un tono siempre controversial; por ejemplo, ‘Pagan Poetry’, que para su manifestación ocular se valió del impecable trabajo de Alexander McQueen, es un videoclip que transformó los estándares de la programación en MTV o VH1, y las expectativas de un público que poco a poco era testigo también de una ola pop insalvable.
Las artes plásticas, otro de sus campos de acción, han posibilitado a Björk como una creadora que experimenta con texturas, colores, materiales, formas y recursos digitales más allá de la industria musical; todo esto muy bien aprendido de su pasado junto a Michel Gondry, Chris Cunningham o Spike Jonze, por mencionar a algunos.
Su trayectoria, incluso, la ha llevado a protagonizar una retrospectiva de su producción múltiple en el MoMA de New York, institución que reconoce la relevancia de su obra y la constante innovación que ésta significa.
Si hablamos de protagonismos, entonces, conviene retomar esas películas en que ha figurado la presencia de Björk como un eje central de dramatismo, extravagancia o creatividad.
“Dancer in the Dark” (2000), Lars von Trier
Por supuesto debemos comenzar con su trabajo fílmico más representativo; aquél en que da vida a Selma, una inmigrante checa y madre soltera, quien trabaja en la fábrica de un pueblo de los Estados Unidos. La única vía de escape a esa vida gris es su pasión por la música, especialmente por los musicales clásicos de Hollywood; sin embargo, Selma esconde un triste secreto: está perdiendo la vista y si no consigue el dinero suficiente para una cirugía, su hijo correrá con el mismo destino.
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“The Juniper Tree” (1990), Nietzchka Keene
En este filme, Björk, que interpreta a Margit, es una mujer que con su hermana mayor, Katla, huye de su patria en Islandia después de que su madre es brutalmente asesinada por practicar brujería. En el camino, Katla hechiza a Jóhann, un viudo campesino que tiene un hijo, Jóhas. Dicho hechizo hace que los involucrados se encuentren en un torbellino de intereses y sentimientos que los orillan a un punto sin retorno.
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“Anna and the Moods” (2007), Gunnar Karlsson
Animación digital en la que Björk le da voz e identidad a Anna Young, quien siempre ha sido la hija perfecta hasta un día su actitud cambia drásticamente y sus padres deciden llevarla con el Dr. Artmann, un médico que decide tratar la “rebeldía” de la protagonista mediante recursos que pondrán en jaque las decisiones originales de los adultos envueltos en este conflicto.
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“Drawing Restraint 9” (2005), Matthew Barney
Este complejo proyecto artístico de Barney dividido en varios capítulos que recurren a la escultura, la fotografía y el dibujo, entre otros, cuenta con la participación de Björk para crear una línea narrativa que logre contar una historia de amor no sólo en términos visuales, sino también sonoros y conceptuales como pocas veces se ha visto en la producción artística del video.
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“Prêt-à-Porter” (1994), Robert Altman
En este drama que conjuga el falso documental con la narrativa tradicional de la ficción, se intenta recrear un retrato del acontecimiento más importante en el mundo de la moda: la semana de París. Para dicho proyecto se invitó a muchas personalidades del medio y el arte, consiguiendo un reparto increíble que cuenta con Mastroianni, Sophia Loren, Cassel, Kim Basinger, Linda Hunt y por supuesto, Björk, entre sus personajes. Una apuesta fílmica que sólo alguien como ella pudo aceptar dentro de su carrera.
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“The Young Americans” (1993), David Arnold
Una cinta que grita en todo su esplendor la tendencia y la estética de los años 90, cuenta la historia de un policía norteamericano que viaja a Londres para detener una red de mafia que se está encargando del narcotráfico en el mundo. El soundtrack está compuesto, increíblemente, por bandas como Nine Inch Nails, Stereo MC’s, Sheep on Drugs y de manera más notable, Björk.
Y finalmente, podemos mencionar la videografía que ha resultado completamente de los vínculos de la artista con otros directores o productores que, a la par de sus exigencias creativas, han encontrado cabida en propuestas siempre extremas y agitadoras. A continuación, esas creaciones que llevan también la firma de Gondry, Huang, Jonze, Knight y Sednaoui.