Hoy empiezan las 27 horas de amor. El orgullo nacional que habla de un pueblo que siempre está dispuesto a ayudar, que para las grandes gestas solidarias hace el bien sin mirar a quien, y llega año a año a las metas autoimpuestas.
La Teletón tiene una suerte caballa. No todas las instituciones de beneficencia chilenas pueden contar con una cadena nacional televisiva de más de un día en que todo, absolutamente todo gira en torno a la meta. A lo más muchas instituciones tendrán que sostenerse con aportes esporádicos y una que otra colecta nacional a punta de voluntarios con bolsitas.
La Teletón me da sentimientos encontrados, y poco a poco las voces disidentes que antes eran catalogadas casi de humanoides, comienzan a encontrar eco en otros que no ven con tan buenos ojos el show que se monta tras la campaña. El tema no es el fondo, ¿quién podría estar en desacuerdo con que una vez al año nos metamos la mano al bolsillo para ayudar?, aunque no es menor el punto que plantea Jorge en cuanto a que debiera ser el Estado el que asegurara financiamiento a la organización, pero en base a esa lógica, por qué otras instituciones no podrían ser subvencionadas por Hacienda. Al final, se nos harían poca la plata y gente como la de Chiledeportes se quedaría sin presupuesto para llevarse a la casa, y eso sí que no.
Mi tema es la forma. Siempre me he preguntado cuánto cuesta montar todo este show, o es que en verdad se hace al gratín, luces, escenarios, globos, autoadhesivos, transportes, etc. Qué pasaría si sin tanta brillantina esa plata no tuviera que gastarse en “costos de producción” sino que pasara directamente a la Teletón. Y cuánto es lo que realmente ganan las empresas que donan generosamente el 25% del monto final reunido. Transparentar eso sería políticamente correcto, pero nos haría bien para darnos cuenta que, en Chile, detrás de toda gran obra de generosidad, hay siempre un gran negocio.
Da lata pensar así, pero lo otro sería cerrar los ojos y hacerse el loco. Colaboré durante muchos años con la causa, pero lo hacía trabajando cerca de 20 horas en el Banco de Chile llenando boletas de depósitos. Era entretenido. Ya más grandecito creo que sólo una vez puse plata. Habrá que esperar que Don Francis se retire para que se comiencen a hablar estas cosas a calzón quitado. Claro, no contemos con los medios, sobre todo la tv, principal beneficiado de todo esto. La disidencia tendrá que venir de los sin nombres. Como tantas veces pasa, pero cuando se destape, éjale, que nos pillen a todos confesados.
Por Rodrigo
1 diciembre 2006
Fuente: www.revelacioneschucaras.com
Imagen: teletoing.blogspot.com
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