En el mundo del Internet puede pasar de todo. Es así como Samantha Mawdsley logró la gran anécdota que compartió por las redes sociales, tras recibir unas fotos no solicitadas del pene de un hombre, quien al parecer quería coquetear con ella.
Un completo desconocido identificado como James fue el autor de las fotos. La mujer de 30 años fue contactada por él después de que, al visitar un nuevo restaurant, ingresó a la Fan Page del local para dejar una crítica positiva. De ahí el sujeto le habló a Samantha sin ningún tipo de rodeos.
En el comentario de ella, James le escribió a la chica que revisara sus mensajes para compartir opiniones. Esto ya era extraño, y cuando revisó fue que se encontró con una foto del miembro del hombre.
Claramente nadie quiere recibir una foto íntima de alguien que no conoce, ya que es bastante desagradable. Samantha se sintió ofendida, ya que a pesar de haber escuchado este tipo de historias, nunca imaginó que le sucedería a ella y de esa forma.
Decidió ignorar el mensaje, pero sin ignorar al hombre. Ella esperaba que quizás le escribiera algún tipo de disculpas, pero después de despertar al día siguiente aún no había dicho nada. Por lo que comenzó a planear una manera para darle a probar de su propia medicina.
¿Cuál era la estrategia que usaría? Elegir cualquier imagen de un pene en Internet y enviarle varias de estas a James.
Samantha comentó que decidió mostrarle así lo ridículo de su actitud, y funcionó tal como ella quería. Comenzó agregando a la imagen «Creo que lo tengo más grande que tú», y el hombre quedó pasmado de inmediato. Después de la primera reacción, siguió su plan hasta que en un momento James empezó a decir: «Quiero vomitar, ¡Por favor, para!».
A él le pareció bien enviarle una foto íntima, pero no quería recibir de otros. Samantha le demostró el doble estándar de su actitud, y a pesar de los ruegos porque ella se detuviera, la chica continuó hasta que él se sintiera igual de incómodo que ella.
Eventualmente el hombre quedó extrañado porque, entre sus peticiones para que la mujer se detuviera, ésta escribió el hashtag #ByeFelipe. No todos saben de qué se trata, pero es una referencia que se una en Instagram para mujeres que quieren reportar abusos en plataformas de citas.
Samantha tomó fotos de toda la conversación y lo publicó en su Facebook, censurando las partes obscenas con stickers o emojis. Así compartió lo que le pasó y finalmente, terminó siendo la ganadora de esta incómoda situación. Obviamente se volvió viral.
La chica asegura que una disculpa era todo lo que esperaba, pero al no ver ningún arrepentimiento en James, decidió hacerle entender de esta manera que no está bien enviar imágenes de tu pene a mujeres desconocidas. O a nadie.
«Él no sintió ningún remordimiento y asumió que yo me quedaría callada», agregó, diciendo que ella se sintió pasada a llevar y por eso decidió responderle. Finalmente bloqueó al hombre y todo se acabó, aunque él insistió en hablarle.
Samantha aclaró a Metro.co.uk que no es la primera vez que pasa por este tipo de situaciones:
«Un tipo se sentó al lado mío en una biblioteca pública cuando tenía 15 años y estaba en uniforme escolar. Él comenzó a masturbarse mientras me miraba. ¿Mi respuesta? Me moví en mi silla para no poder verlo. Ni hice nada más, y él sabía que me quedaría callada, y las mujeres lo hacen a menudo».
Esto fue lo que motivó a la mujer a tomar cartas en el asunto. Es difícil saber si la manera es la correcta o no, pero al menos se lo tomó con más humor. No es correcto invadir el espacio personal y violentar a las personas de ninguna manera.
¿Qué piensas de su reacción?