Si bien tengo muchos años de experiencia en la fiscalización de las exportaciones mineras, no soy un especialista en inversión minera, que en el país parecieran abundar, por lo que quiero abordar este tema en mi calidad de ciudadano común, y sin ningún color político.
Actualmente se comenta, con gran alegría en ciertos medios, que el Comité de Inversión Extranjera ya ha aprobado inversiones en el país para el año 2010, por una cantidad cercana a los US$ 14.000 millones, que significa un aumento de alrededor del 200% respecto a las inversiones del año 2009. Esta nueva inversión se desglosaría como sigue:
1.- ACTIVIDAD EXTRACTIVA, 23 proyectos con US$ 10.980 millones
2.- SERVICIOS, 16 proyectos con US$ 1.205 millones
3.- OTROS (Electricidad, Agua, Gas, Transporte y Comunicaciones)
La clase dirigente se manifiesta complacida con estos montos de inversión extranjera, porque ello sería muy conveniente para el país, que nos deja en el tercer lugar en América Latina, entre los favorecidos con las inversiones provenientes de países desarrollados.
Lo que no parece preocuparles a quienes deciden los destinos de la nación, es precisamente, qué va a suceder en el futuro cuando las empresas extranjeras dedicadas a la actividad extractiva, hayan explotado todos nuestros recursos no renovables y que ya no les resulte rentable su permanencia en el país, pero el recuerdo de su paso será perdurable en el tiempo cuando se observe los grandes cráteres que dejó la explotación minera que, incluso, se ven desde el espacio exterior, y de los enormes tranques de relaves que quedarán abandonados a su suerte.
¿Cuándo sucederá esto? ¿En 10, 20, 40 ó 50 años o más? El tiempo no importa, lo que sí importa es qué sucederá entonces con nuestros hijos, nietos o bisnietos los que maldecirán a las castas dirigentes de esta época por su falta de visión de futuro, pero, qué puede importar lo que digan los que están por venir, si para esa fecha ya no existirá la mayoría de los líderes que nos gobiernan o nos han gobernado.
Se argumenta que las razones para que los capitales foráneos lleguen al país, y por lo tanto, son las buenas condiciones que tenemos en Chile que son, su buena economía y, además por ser un país confiable, por otro lado hay, a lo menos 32 otras razones, para que una parte importante de la inversión extranjera se materialice en nuestro suelo.
Estas 32 razones esgrimidas son:
1.- Estructura sólida; 2.- Nivel educacional; 3.- Apertura al mundo; 4.- Autoridad Económica; 5.- Madurez Cívica y Política: 6.- Mentalidad abierta a negocios; 7.-Desarrollo inalterable; 8.- Encuesta Sentir del Inversor: 9.- Modelo Económico; 10.- DL 600 ofrece equidad; 11.- Las exportaciones; 12 Rápida adaptación a IED (Inversión Extranjera Directa); 13.-Conflictos limítrofes resueltos; 14.- Estabilidad deuda extranjera; 15.-. Neg. Deuda con criterio realista; 16.- Reserva de Divisa; 17.- El Estado no participa en mercado; 18.- Impuestos compatibles; 19.- Se hace pago por expropiación; 20.-Chile ya no es mono exportadora: 21.- TLCs (Tratados Libre Comercio) 22.- Formas de invertir; 23.-Riesgos bajos; 24.- Capacidad de la Administración pública; 25.- Efecto mouth to mouth; 26.- Inversor se relaciona con empresas: 27.- Las privatizaciones; 28.- Ventajas comparativas; 29.- Estabilidad; 30.- DL 600, respetado; 31.- Mercado del laissez faire; 32.- Expectativas [1]
Resulta extraño que entre las ventajas comparativas más importantes no se mencione el nivel de remuneraciones, que en Chile son un tercio de las que percibe, por ejemplo, el personal capacitado en la industria norteamericana o europea. No se menciona entre las ventajas comparativas que la semana de trabajo sobrepase las 45 horas, mientras que en el mundo desarrollado sea solo 35, ni tampoco se menciona que en la gran minería chilena los turnos son de extenuantes y peligrosas 12 horas.
Esas son las ventajas que explican los aportes de capital destinados a la actividad extractiva o industria minera ¡11.000 millones de dólares! cifra que, dado los precios del cobre, oro, plata y molibdeno que existen hoy día y los que se esperan para el futuro, es posible que los proyectos de inversión durante el año 2011, se multipliquen aún más.
¿Qué empresarios extranjeros han invertido capitales para la producción de bienes con alta o relativa tecnología que creen valor agregado en nuestra economía? Prácticamente no existen ese tipo de inversiones, y gobernantes nuestros y legisladores siguen autorizando la llegada de capitales foráneos dedicados a la explotación indiscriminada de nuestros recursos no renovables y cuya exportación sigue siendo el de materias primas con casi nulo valor agregado, y muy escasa creación de mano de obra.
No hace mucho tiempo una empresa extranjera quiso instalarse en el país para fabricar software de computación aportando, por lo tanto, capitales y una tecnología de producción de estos bienes desconocida en nuestro medio. Entonces, donde se pensaba que se instalaría dicha empresa, se dio por llamarla el “Silicon Valley chileno” y lo cual representaba un gran avance puesto que estaríamos en condiciones de exportar productos de alta tecnología e importante mano de obra. Pero las autoridades encargadas de evaluación y autorización de esta industria no fueron capaces de retenerla y ésta se fue a instalar a otro país que le dio mayores facilidades. En la opinión de quien escribe estas líneas, fue un gran error puesto que no se trataba de una empresa depredadora sino por el contrario se trataba de un empresa que daría trabajo, con un alto aporte tecnológico y quienes se desempeñarían en ella adquirirían un grado de especialización muy importante en un rubro absolutamente desconocido en el país. Lástima, porque es ese tipo de inversión que el país debiera autorizar.
Se acepta inversión extranjera, sin embargo se permite que las AFP inviertan en el extranjero en mercados especulativos no productivos y riesgosos, que en vez de aumentar disminuyen los fondos de los imponentes. Tengo la certeza que si las AFP solicitaran el pronunciamiento de sus afiliados para invertir, aunque sea sólo un 10% de sus fondos en algún proyecto productivo en el país, los afiliados lo aprobarían. No es ningún misterio que el Sistema de Fondos de Pensiones de Australia sustenta el 100% de la firma Pacific Hydro, que también opera en nuestro país. Esta empresa está dedicada a desarrollar proyectos de energía limpia y renovable cuyos fondos son obtenidos de la “Industry Funds Management” que maneja el capital de cerca de 4 millones de trabajadores en Australia.[2]
Entonces el argumento de que las AFP en Chile no tienen infraestructura para desarrollar algún tipo de inversiones que creen fuentes de trabajo, puede resultar válido sólo hasta el momento en que se decida seguir el ejemplo de los fondos de pensiones de Australia.
Por Rolando Castillo
El Ciudadano
[1] 2001. R.Cuadra; V. García y F. Labbé.- Diccionario Económico y Comercial
[2] Area Minera 19.11.2007