Todos hemos tenido esos días. Tu trabajo es una broma, estás en quiebra, tu vida amorosa está muerta sin haber empezado y solo piensas en arrastrarte de regreso a tu departamento compartido, beber una copa de vino blanco fría de esa botella que compraste la última vez que te pagaron.
people drinking beer, shot from overhead
El primer sorbo llegando del trabajo, sabe glorioso y podría saber mejor esta noche, porques egún un nuevo estudio, el alcohol realmente puede hacernos felices.
Publicado este mes por los departamentos de investigación social y económica de la Universidad de Sussex y la Universidad de Kent, el investigación descubrió que beber alcohol aumenta de manera significativa los niveles de felicidad.
Si, todo el tiempo hemos tenido razón.
Publicado en el diario Social Science and Medicine, el estudio organizó a investigadores para pedirle a más de 31,000 británicos que valoraran lo felices que eran en una escala del uno al 100. Hicieron esto durante un periodo de 3 años y recogieron miles de observaciones, también le pidieron a los participantes que reportaran lo que estuviesen haciendo en ese momento.
Para reunir la información, los investigadores usaron Mappiness, una aplicación para iPhone desarrollada por la London School of Economics como parte de un proyecto de investigación en curso, sobre cómo el entorno afecta los niveles de felicidad. Después de bajar la aplicación, se le pidió a los participantes que valoraran qué tan felices estaban en diferentes momentos del día usando la escala, así como también lo que estaban haciendo en ese momento. Algo así como contestar los constantes mensajes de tu mamá.
Gracias a los resultados de la aplicación, los investigadores descubrieron una “relación fuerte y consistente entre la felicidad y beber”.
Ahora sabemos por qué los eventos donde se bebe siempre son nuestros favoritos.
Los investigadores notaron, sin embargo, que los niveles de felicidad dependían de lo que estuvieran haciendo los participantes al momento de beber. Predeciblemente, salir con tus amigos —ya sea sobrio o completamente ebrio— te hace bastante feliz.
El estudio señala: “Beber tuvo mayor impacto cuando iba de la mano de otras actividades que se disfrutan poco (viajar, ir del trabajo a casa, esperar), y aumentaba la felicidad de las actividades que ya eran disfrutables como socializar o tener relaciones sexuales”. (Para ser honestos, probablemente sea algo difícil sostener la botella mientras haces lo último).
Sean cuales sean los jueguitos ebrios en los que te estés metiendo, no durarán mucho. El estudio también descubrió que “si bien los usuarios de iPhone eran más felices cuando beben, solo sentían pequeña felicidad extra aunada a otros momentos” y “cambiar los patrones al beber durante varios años no está asociado con el cambio de la satisfacción de vida”.
Básicamente, no te aloques demasiado con los mezcales.
Ben Baumberg Geiger, coautor del estudio, le comentó a MUNCHIES que espera que la investigación anime a la gente a tomar más en serio la relación entre el alcohol y la felicidad.
“Los legisladores usualmente solo discuten el impacto al bienestar social y a la salud que tienen las políticas sobre el alcohol, y la felicidad relacionada con estar alcoholizado la deja a cargo de la industria productora de alcohol”, dice. “Sin embargo, algunas políticas pueden reducir la satisfacción, mientras que otras quizá hasta la mejoren. Necesitamos debatir esto si queremos que las legislaciones sobre el alcohol nos ayuden a obtener un mejor balance en nuestra forma de beber”.
Ahí lo tienes: la ciencia dice que el alcohol es igual a felicidad. ¡Abre ese six y cambia ese ceño fruncido por una sonrisa!
Fuente: Munchies