Estimados señores,
En la edición impresa de la segunda quincena de 2010, se publicó en El Ciudadano una opinión escrita por el señor Daniel Jadue titulada “Israel y los 33 de Atacama o cómo rentabilizar el drama”. Como Centro Progresista Judío (CPJ), queremos expresar nuestro profundo rechazo por la rencorosa forma de exponer sus ideas; pero principalmente la desazón por el hecho de que El Ciudadano publique una opinión de esa clase.
En el centro de su obcecada acusación el liviano juicio de acusar al estado de Israel de utilizar a los 33 mineros como herramienta para el “aprovechamiento político”, el señor Jadue deslegitima su causa y cae en la mofa abierta del holocausto judío, pues acusa a Israel de haber “conseguido una tremenda utilidad económica y financiera al convertirlo en un cheque en blanco canjeable permanentemente por impunidad y apoyo económico a su política de exterminio físico y político del pueblo palestino”.
Si bien es legítimo y necesario cuestionar y criticar muchas de las decisiones que han tomado los diferentes gobiernos israelíes durante los largos y difíciles años de conflicto con el gobierno palestino, reproches que nosotros mismos, como izquierda judía chilena organizada, hemos realizado de modo categórico en múltiples ocasiones e instancias. Distingamos. En este caso es visible que lo que mueve al señor Jadue no es la justicia social, sino un profundo rencor hacia Israel y hacia el pueblo judío.
El infame argumento que las reparaciones de Alemania a los sobrevivientes del Holocausto sean un “cheque en blanco canjeable por impunidad” es además de falso, una provocación dolosa que hasta el momento, era sólo auspiciada por el horizonte del activismo neonazi.
Estimamos que, en esta ocasión, el señor Jadue se dejó llevar por sus prejuicios, y sin darse cuenta él mismo incurrió en aquello que critica: Utilizó a los 33 mineros para demonizar el estado de Israel y para sembrar antisemitismo.
Sobre el conflicto, lo sabemos, simplificarlo en ‘buenos’ y ‘malos’; ‘opresores’ y ‘oprimidos’ como si fueran bandos invariables, es un embuste que entristece pues indica inhabilidad de interpretar bien el conflicto y por tanto, las soluciones. El CPJ comprende, solidariza y actúa respecto al infortunio del pueblo palestino. Apoya su derecho a la autodeterminación y se identifica con su esfuerzo por construir un estado democrático y secular en los territorios palestinos; prospero y en paz con sus vecinos, incluido Israel.
Lo gravoso es como un medio de comunicación que se define progresista, al dar tribuna a opiniones intransigentes y ciegas, no sólo no contribuye a resolver el conflicto sino dificulta el diálogo, exalta los ánimos y justifica el rencor.
Respetuosamente,
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Fotografía: Activistas israelíes protestan frente a la residencia de Ehud Olmert en Jerusalén. El cartel en hebreo al centro dice: «Judíos y árabes se niegan a ser enemigos»/www.webislam.com