Las adolescentes embarazadas están fumando cigarrillos con la esperanza de reducir el tamaño de sus bebés y así minimizar los dolores de parto.
Un estudio reciente reveló que niñas de 16 años están tomando medidas extremas para tratar de controlar las labores de parto, a pesar del efecto potencialmente mortal que podría tener esta práctica en la salud de sus futuros hijos.
El profesor asociado, Simone Dennis, de la Universidad Nacional de Australia, dijo: «Sorprendentemente, las adolescentes embarazadas están más temerosas de enfrentarse a los dolores del parto, sobretodo si dan a luz niños grandes. Así que le restan importancia a las complicaciones de salud causadas por los cigarrillos, incluidas las tasas de mortalidad fetal intrauterina que son cada vez más altas, tal como el incremento del asma infantil y las alergias.»
Las adolescentes habrían leído en los paquetes de cigarros que el fumar podría reducir el peso y el tamaño de sus bebés, tergiversando el mensaje de salud pública.
«Ellas tenían miedo porque eran pequeñas. Lo peor que le puede pasar era tener un enorme bebé.», dijo el profesor Dennis.
Algunas llegaron a fumar por primera vez por esa misma razón. La mayoría de las adolescentes creía que mientras más cigarrillos consumieran, mayores serían las probabilidades de que sus hijos nacieran con un tamaño más reducido.
El tabaco causa daño a largo plazo en los pulmones, el cerebro y la sangre de un niño por nacer. Además podría causar situaciones de emergencia en el embarazo de las madres, debido a la reducción de la cantidad de oxígeno y nutrientes esenciales que un bebé nonato necesita para su saludable desarrollo físico y mental.
Los efectos del tabaquismo materno también incluye mayores riesgo de abortos involuntario y muertes prematuras. También aumenta el riesgo de muerte súbita por lo menos en un 25%.
Es más, un estudio reciente encontró que mientras más fumara una madre durante el embarazo, mayor es el riesgo de que el niño padezca sobrepeso en la edad adulta.