A solo 45 días de la apertura de los JJ.OO. de Río de Janeiro, Brasil, ha tenido lugar un terrible suceso que ha dejado consternado a la opinión pública. Durante un acto organizado por el recorrido de la antorcha olímpica en Manaos, al norte del país, una hembra de jaguar llamada Juma fue abatida a balazos por el grupo de soldados encargados de vigilar su traslado. El felino, que pertenecía al zoológico del Centro de Instrucción de Guerra de la Selva, fue trasladado hasta el lugar de la ceremonia organizada por el Comité Organizador Río 2016 el pasado lunes, donde más tarde sería exhibido. Tras el evento, cuando el animal era transportado de vuelta al zoológico, Juma perdió el control y amenazaba con atacar a uno de sus cuidadores. Fue entonces cuando intentaron, sin éxito, dormirlo con dardos tranquilizantes pero, al ver que estos no surtían efecto, abrieron fuego contra Juma, según informó el comando militar a los medios locales.
Como era de esperar, la muerte de Juma ha despertado una ola de críticas, dirigidas tanto al gobierno del país como para el Comité Organizador. De hecho, a modo de protesta y bajo el lema «Justicia para Juma», se ha creado una petición en Change a la que ya se han sumado más de 90 mil personas. El manifiesto, escrito en portugués, denuncia:
«Juma fue retirada de su hábitat natural para servir de alegoría para las patéticas Olimpiadas que sólo generan perjuicios a Brasil. Una actitud irresponsable que costó la vida a un animal inocente.El fuego, los olores y la gran multitud que acudió a la ceremonia, causaron una situación de estrés para Juma, según los expertos.«
Por su parte, el Comité Organizador de Río 2016 ha admitido que fue un error utilizar al animal:
«Erramos al permitir que la antorcha olímpica, símbolo de paz y de unión entre los pueblos, fuera exhibida al lado de un animal salvaje encadenado. Una escena contraria a nuestras creencias y valores. Estamos muy tristes con el incidente y garantizamos que no veremos más situaciones así en los Juegos de Río 2016«.
Nosotros denunciamos abiertamente este tipo de prácticas, que atentan directamente contra el derecho de los animales y que no quedan justificadas bajo ningún concepto.
Vía: La voz del muro