«Reubicados»

La nueva forma de gobernar supone una nueva forma de educar. La letra chica dice que 20 municipios anuncian el cierre de 47 colegios. La medida afectará en total a 2.844 niños y jóvenes que deberán ser “reubicados”.

Los padres y profesores afectados por la “reubicación” reclaman en los establecimientos educacionales y en los municipios amenazados con el cierre. El oficialismo presenta la acción de protesta como demostración de la crisis que afecta al sistema público. El Ministerio de Educación aprueba en silencio el cierre de los colegios municipales. El actual Ministro publicita la necesidad de terminar con la inamovilidad del estatuto docente.

Por interés y por ideología, a esta inamovilidad se le atribuye la causa del deterioro de la educación pública en Chile, aun cuando sabemos que esa premisa es falsa. La verdad es que el resultado de los colegios subvencionados en las pruebas Simce no difiere sustancialmente de los obtenidos por los colegios municipales. Para mejorar la educación en Chile se predica la competencia, allí donde se quiere monopolizar la mente y de paso llenarse los bolsillos.

Desde Pinochet se ha propuesto la idea de la primacía en la asignación de recursos a la educación pre-escolar o de la educación básica por sobre la educación media o superior, se ha cacareado la idea de la preservación de la libertad de enseñanza por sobre el derecho a la educación o del énfasis en la municipalización para que las autoridades locales decidan en contacto con la comunidad. Todas estas recetas simplistas no han funcionado bien por las diferencias e inequidades que existen en nuestro país y por la precariedad en que ha funcionado nuestro sistema de educación pública.

Se ha propuesto aumentar o duplicar la subvención a los privados y/o aumentarla en los colegios municipales, o se ha querido fomentar más el financiamiento compartido, o instalar un sistema de “voucher”, o dedicar una atención preferente a lo que sucede en el aula. Ahora último se pide aumentar las atribuciones de los directores, mejorar la formación universitaria de los profesores, controlar mejor la disciplina escolar, disminuir la diferencia entre docentes de colegios con recursos y colegios sin recursos.

Los “expertos” también proponen copiar el sistema educacional de Finlandia, Irlanda, Corea o Nueva Zelandia, según sea la moda del caso. Alternativas que se levantan para mantener vigente la Loce en materia universitaria y para evitar la necesaria reforma educacional que, en palabras simples, requiere de una regulación y de una institucionalidad educacional eficiente.

Bastaría con evitar la duplicidad de funciones y con responsabilizarse de promover la buena pedagogía pública y privada, y de asegurar la correcta inversión y transferencia de los recursos fiscales. Carlos Ruiz en su libro De la República al Mercado, publicado por LOM, en la serie republicana a principios de este año, ha dado cuenta de documentos del Banco Mundial que proponen erosionar el poder negociador de los profesores organizados. Eso explica porqué algunos funcionarios de la Concertación se jactaban de no pagar la deuda histórica de los profesores. Y eso que esta deuda había sido acordada con los profesores en reuniones con parlamentarios y ministros en el Congreso.

Es que quizá algunos que terminan su periodo de “servicio público”, postulan a prestar asesorías al Banco Mundial u otros organismos análogos. Estos sí que serían los verdaderos “reubicados”.

Por Pablo Ruiz-Tagle

Polítika, primera quincena diciembre 2010

El Ciudadano N°92