La Real Academia Española define como “destino” aquella fuerza desconocida que obra irresistiblemente sobre los dioses, los hombres y los sucesos. Para nosotros, los mortales, el destino es en lo que posamos todas nuestras esperanzas cuando no sabemos qué camino seguir, deseando que alguien más tome la decisión por nosotros. Es esa fuerza intangible que esperamos nos guíe hasta nuestro objetivo final o, incluso, hasta la persona amada.
Desde la leyenda japonesa del hilo rojo del destino —la cual plantea que todos llevamos un hilo rojo atado al meñique en cuyo extremo contrario se encuentra nuestra “alma gemela” o “media naranja”, como diría Platón—, hasta los fanáticos de la serie How I met your mother, quienes definirían el destino como: encontrar nuestra “sombrilla amarilla”.
Lo cierto es que el destino forma parte de la vida cotidiana, seamos o no conscientes de ello y sin importar qué tan escépticos nos consideremos hacia el tema.
Por ello, estas películas, en tan solo 24 fotogramas por segundo, logran sembrar en nosotros la certeza irrefutable de la existencia de una fuerza superior que guiará nuestra vida amorosa.
Serendipity (2001) – Peter Chelsom
Tal y como el nombre lo menciona: “serendipia” se define como el hallazgo afortunado de algo que no se buscaba. La película plantea una serie de casualidades que llevan al encuentro y desencuentro de nuestros protagonistas: Jonathan y Sara, así como a su reencuentro 7 años después, en el que por fin el destino los dejará ser felices juntos.
I origins (2014) – Mike Cahill
Un científico fiel a los datos concretos se enamora de una mujer que no necesita ver para creer. Los sucesos que desatarán dicho amor lo llevarán a creer en la existencia de una energía invisible que va más allá de las explicaciones científicas.
A lot like love (2005) – Nigel Cole
Porque a pesar de tener química se necesita el momento correcto. Oliver y Emily se conocen casualmente durante un viaje. Lo que surge como simple atracción en primer momento, se desarrollará como un sentimiento más profundo a través de los años.
Somewhere in time (1980) – Jeannot Szwarc
Un largometraje en el que se plantea que el destino no conoce fronteras entre espacio y tiempo, y muchos menos si se trata de amor. Desafiando todas las leyes de la física, Richard Collier regresa en el tiempo solo para conocer a la hermosa Elise Mckenna, una famosa actriz del siglo XX, de quien se ha enamorado a primera vista gracias a una fotografía.
The lucky one (2012) – Scott Hicks
A mitad del desierto, durante la guerra de Irak, un soldado encuentra una fotografía que le salva la vida. Dicho suceso lo llevará a realizar una búsqueda incansable por hallar a la dueña. Este largometraje, basado en una novela de Nicholas Sparks, nos mostrará cómo una simple fotografía encontrada por casualidad puede llevar a dos personas a enamorarse gracias al destino.
Before sunrise (1995) – Richard Linklater
Dos extraños se conocen en un tren y deciden pasar una noche en Viena conversando. Este largometraje forma parte de una trilogía de películas que nos demuestran que aunque conozcamos a una persona en el momento equivocado, si es para nosotros, siempre existirán las oportunidades para reencontrarse.
Volverte a ver (2008) – Gustavo Garzón
Un importante diseñador de moda vive platónicamente enamorado de una locutora de radio, hasta que por azares del destino conoce a una peculiar reportera que le robará el corazón. Lo que nuestro protagonista no sabe es que ambas mujeres son la misma persona. Una película que nos demuestra que a veces nuestro destino se encuentra más cerca de lo que pensamos.
¿Casualidad, destino o coincidencia? Estas películas nos demuestran que en algún lugar del mundo hay una persona para nosotros y, sin importar el tiempo o espacio, la encontraremos. Tal y como escribió Isabel Allende enEl Reino del Dragón de Oro: “Si nuestro karma es que nos juntemos, sucederá de todos modos. Si no lo es, nada de lo que hagas cambiará el curso de la vida”.
Así que no nos preocupemos demasiado, sin importar las decisiones que tomemos, sin importar si elegimos negro o blanco, izquierda o derecha, siempre será la decisión correcta. Aquella que estaba escrita que debíamos tomar para acercarnos a cumplir nuestro destino.
Fuente: Culturacolectiva